La familia liguista está luto debido al fallecimiento este martes, a las 11:55 a. m., del exdelantero Álvaro Rojas Espinoza.
Curiosamente, Rojas cumplió 100 años el pasado lunes 12 de agosto y dejó este mundo con la tranquilidad de cumplir el deseo de ver a Alajuelense celebrar los 100 años de fundación, el pasado 18 de junio.
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Marco Antonio Rojas Jenkins, hijo menor de don Álvaro, contó que su papá estaba muy bien de salud y lúcido, pero hace tres meses contrajo una enfermedad que lo consumió.
“Él era tío de Alejandro González, exportero de la Liga. Su hermano, Jorge Rojas, fue seleccionado nacional y jugaron juntos en la casa manuda.
"Mi papá fue presidente de la Fedefútbol en cuatro periodos (1963, 1964, 1969 y 1973), ministro y viceministro de Agricultura, así como diputado”, indicó don Marco sobre su papá, quien fue ingeniero agrónomo.
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Rojas enviudó hace 10 años y aunque tuvo tres hijos y una hija, esta última murió hace cinco años.
Su fallecimiento sucedió en su casa de habitación en Escazú y sus funerales serán este miércoles, a las 3 de la tarde, en la catedral de Atenas.
Antes, a la 1:30 p. m., la Municipalidad de Atenas le hará un homenaje, ya que era oriundo de la zona.
“Su meta era llegar a los cien años igual que su querido equipo Alajuelense, él decía que tarde o temprano iba a llegar el campeonato para el equipo”, añadió don Marco.
Rojas fue campeón con los rojinegros en 1939, 1941 (campeones invictos) y 1945, jugó en los años donde se atacaba con cinco delanteros y su puesto era lo que hoy se conoce como volante de llegada.
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En una entrevista publicada por el sitio web manudo, el 12 de agosto anterior, día del nacimiento de Rojas, el señor comentó lo siguiente:
“Los tiempos han cambiado y yo jugaba en una época en la que había demasiado amor por los colores. No es que ahora no lo haya, pero es diferente. Yo lo que les pido a los jugadores es que entreguen todo siempre… Yo no me pierdo ningún partido, aquí los veo tranquilito”,señaló don Álvaro.
Don Marco señaló que su papá dejó 12 nietos y pese a que no lo vio jugar, le contaban que era muy rápido y habilidoso.