El portero Minor Álvarez, quien destacó en la fase final de la Liga de Ascenso con Escazuceña por atajar penales y meter goles desde los once pasos y de tiro libre, espera renacer con Limonense, club con el que jugará en el próximo torneo.
El guardameta, de 30 años atendió a La Teja para hablar sobre su futuro y su pasada, ya que también comentó de las situaciones que ocurren con los jugadores jóvenes en equipos como Saprissa y que la gente desconoce.
– ¿Ya se adaptó a la humedad y al calor caribeño?
No ha hecho tanto calor, además he estado en Guápiles y jugué con un equipo en Guatemala en un lugar con temperaturas de 35 grados, así que Limón es una experiencia más.
– ¿Con quién vive?
En la casa club con cinco compañeros de equipo y que formamos una pequeña burbuja social. Del entrenamiento a la casa, a descansar y a entrenar.
–¿Recibió ofertas de otros equipos?
Sí, pero me decidí por lo deportivo, espero tener continuidad. Antes cuando fui a Guatemala me incliné por un tema económico y ahora, más maduro y con experiencia, creo que la parte deportiva me puede ayudar en la parte económica.
– ¿Se ve titular ante Dexter Lewis?
La competencia es fuerte, pero es más sana, en otros equipos no tenía competencia y eso lo puede afectar a uno para caer en conformismos. Se necesita alguien de peso para pelear todos los días por un puesto. Me recibió bien (Dexter), puedo aprender mucho de él.
–¿Lo revalorizó el torneo de segunda?
Sí, pero aún falta. Tengo que demostrarle a la gente que no cree en lo que hice y demostrarme a mí mismo que puedo hacer lo que logré con Escazú, también en la primera división.
– Usted destacó en la fase final por atajar penales y meter goles de penal y de tiro libre, ¿se lo propuso?
Lo practico desde hace rato, siempre hay jugadores con más experiencia en ese sentido, con más apoyo del entrenador. En Escazú el profe me dijo que tomara ese rol. Espero mantenerlo en Limón. Practico penales y tiros libres para perfeccionarlo.
–¿Está en un segundo aire?
Más bien es como un renacer, porque a lo mejor si hace diez años que tuve la posibilidad hubiera hecho las cosas mejor, la historia sería otra. Estoy a tiempo, pienso en grande para cerrar una carrera exitosa.
–¿Por qué le costó consolidarse en Saprissa y en el Cartaginés?
Por la parte sicológica, en mi caso no era tan fuerte, aunque físicamente tengo todo y técnicamente igual, pero en la parte sicológica no tenía el apoyo en un equipo como Saprissa que es tan mediático y eso lo hace más difícil. Para un muchacho de 20 años no es fácil y no todos lo pueden sobrellevar. Cuando regresé de Guatemala jugué con Cartago, pero sacaron al entrenador que me llevó.
–¿Cuando menciona la parte sicológica se trata de sentirse agradando?
No. Nadie sabe que un portero de Saprissa llega a la casa lleno de críticas, le dicen cosas y lo amenazan, al punto que uno no quiera jugar más, ni salir a la calle. A un joven de 20 años son cosas que lo afectan y a la familia también.
–¿Cómo está en su parte familiar?
Tengo seis años casado, tengo un bebé de tres años y esperamos otro. Ellos son mi fuente de apoyo y mi motivación para que en este plan de diez años que me he fijado pueda ser exitoso y ser un ejemplo para ellos y para otros.
– ¿Se ve con oportunidad en la Sele?
Para estar en la Sele hay que jugar y estar en un equipo grande sin jugar no tiene sentido. Valoraré mucho eso para volver a un club grande. Quiero estar en un equipo que me dé el respaldo suficiente y puede ser Limón, ¿por qué no?