Como el resto del mundo del fútbol, el técnico del Liverpool, Juergen Klopp, tenías sus dudas y no estaba convencido de que su equipo podría darle la vuelta a un 3-0 adverso ante el Barcelona en las semifinales de la Liga de Campeones.
Dadas las circunstancias, tenía razón de dudar, debido a tener tantos goles en contra, a Lionel Messi como rival y a no contar con piezas claves como Mohamed Salah y Roberto Firmino, ausentes por lesión.
Pero, el entrenador alemán decidió ser valiente y lanzó un reto.
“Lo que les dijo a los chicos previo al partido fue esto: ‘no creo que sea posible, pero como se trata de ustedes me parece que tenemos una oportunidad. Porque ustedes tienen la mentalidad de gigantes'”, señaló Klopp al evocar su mensaje al plantel antes del silbatazo inicial y que a la postre sirvió para darle vida a la noche más gloriosa en la historia de Anfield.
El hecho de que el Liverpool pudo, contra todo pronóstico, llevarse la victoria 4-0 en el partido de vuelta es prueba no solo del equipo que armó Klopp, sino del convencimiento que ha inculcado en un grupo de jugadores que no se dan nunca por vencidos.
Lo han demostrado durante toda la temporada en la Liga Premier.
LEA MÁS: Periodista mexicano sobre técnico de la Liga: “Carevic se pegó la lotería”
Los últimos goles (siempre increíbles) en las victorias ante Everton, Tottenham y, más recientemente, Newcastle mantiene a Liverpool en la pelea con el Manchester City por el título de Inglaterra que se definirá este fin de semana.
La sufrida victoria 1-0 ante el Nápoles en la última fecha de la fase de grupos de la Champions, con la que que Liverpool avanzó por tener mejor diferencia de goles en el duelo directo, es otro claro ejemplo.
El aplomo para insistir tras la derrota ante el Real Madrid en la final de la pasada Liga de Campeones, con un doloroso desenlace, sobre todo para Mohamed Salah tras retirarse en el primer tiempo por una lesión en el hombro.
Por eso es que la remontada ante Barcelona era algo normal para esta máquina que Klopp ha armado, aunque el club tiene como asignatura pendiente levantar un trofeo bajo la dirección del timonel alemán.
Y se justificaría plenamente que si Liverpool se quedó corto en la Premier, (marchan un punto detrás del City a falta de una fecha) aún tiene la oportunidad de cerrar la temporada con el título de un torneo que es sinónimo del histórico club inglés, cinco veces campeón de Europa.
“Estoy muy feliz de tener la oportunidad de poderlo hacerlo bien”, declaró Klopp en alusión a la derrota 3-1 ante el Real Madrid en Kiev.
“El año pasado, quedamos con la sensación que teníamos que volver, que no se podía quedar así. No estaba seguro que se podría repetir, así que es especial”, agregó.
LEA MÁS: Futbolista del Liverpool: “¡Dios mío, qué equipo!”
Para Klopp, se trata de la oportunidad de poner fin a una racha de seis derrotas en finales de copa, que se remonta a la Liga de Campeones de 2013 al caer ante el Bayern Múnich, cuando era el entrenador del Borussia Dortmund.
Desde entonces, perdió dos finales de la Copa de Alemania contra el Dortmund y luego tres partidos por un título con Liverpool: en la Copa de la Liga (2016), la Liga Europa (2016) y la Champions del año pasado.
“Sé lo que la gente habla sobre mí y que pierdo finales”, dijo Klopp en otro de sus muchos momentos sinceros en una rueda de prensa en la que a ratos pareció quedarse sin palabras.
Sus jugadores no dudan para nada. En comunión, viajarán a la final de Madrid contra el Tottenham, con la sensación de que es su destino conquistar el máximo trofeo europeo por sexta vez.