El médico anestesista costarricense Ernesto Espinoza se jaló una supercarrera en el prestigioso Ironman de Cozumel, México.
El tico rompió el récord nacional para triatlones de larga distancia, ganó su categoría (40-44 años) y logró clasificar al mundial que se celebrará en Hawái y que solo estaba reservada para los dos primeros lugares. Por si fuera poco, fue el quinto lugar en la clasificación general.
Espinoza hizo un tiempo de 8:24:30 minutos y se trajo abajo el anterior récord nacional, que estaba en 9:01:22 en poder de Pablo Arce. El médico habló con La Teja sobre la hazaña que logró este domingo.
–¿Por qué un Ironman es tan rudo?
Es un triatlón de larga distancia que consta de 3.800 metros de natación, 180 kilómetros en bicicleta y 42 kilómetros corriendo, o sea una maratón. Este se hace en la isla de Cozumel, México desde hace muchos años y es muy gustado por los ticos y el público en general porque toda la isla se vuelca al evento.
–¿Cómo estuvo la competencia?
El día del evento estuvo de temporal, hubo lluvia, sol, humedad, mar picado, hubo complicaciones, en realidad. Ya he hecho eventos en condiciones adversas, tengo 30 años de hacer triatlón, así que soy de los más veteranos, pese a que tengo 41 años. Como evento de larga distancia es el quinto. Tenía tres metas, lo primero era terminar, suena conformista, pero es muy difícil, el segundo, clasificar al mundial de Hawái que era para el primero y el segundo lugar y tercero tratar de mejorar mi mejor tiempo que era de nueve horas con cuatro minutos.
–¿Entonces no dejó nada sin cumplir?
Hice mesa gallega, como se dice, porque se cumplieron los tres objetivos y de paso logré hacer el tiempo más rápido de un costarricense en esa categoría que era de Pablo Arce con 9:01.
–¿En cuál de las tres pruebas es más fuerte?
No soy bueno ni malo en los tres eventos. No divido las disciplinas, eso me hace un atleta constante en las tres, por poner un ejemplo, yo gané la categoría, pero no fui el más rápido nadando, ni en bici.
–¿Qué estrategia utilizó?
La había planificado con mi entrenador, Denis Vargas, hace semanas. Hice un campamento con el calor de Guanacaste y simulé los ritmos de competencia. Planificamos la carrera, viendo los tiempos anteriores, las condiciones del clima e hicimos un plan de carrera, ambicioso, con miras a hacer el récord nacional y lo logramos.
–Dicen que Cozumel es de los lugares más bonitos de México, ¿qué opina?
Es una isla paradisiaca, toda la isla se dedica al turismo y a eventos de este tipo, porque los hoteles y los lugareños apoyan un montón. Se cierran las vías para el evento. Yo duré ocho horas, pero más del ochenta por ciento tardan doce o catorce horas. Empieza a las siete de la mañana y termina a eso de las once de la noche. Uno finaliza y se va ver a los que están terminando y se ven historias de gente cuya única meta es terminar debido a la edad, alguna lesión o discapacidad física, cada uno tiene objetivos diferentes. Cuando cruzan la meta es admirable la camaradería que se da. El ganador va y recibe al último, ocho horas después y le pone la medalla, es algo muy bonito que se combina con la belleza de la isla.
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–¿Con quiénes viajó?
Llegar a un evento así, no es solo de uno, hay más personas involucradas, creo que parte de la profesión de uno es que permite premiar ese esfuerzo y la capacidad de aguante. Viajé con mi entrenador Denis Vargas, con mi mamá Nubia Mendiola. También con Lucy Sandí, mi novia y mi hermano Óscar Espinoza. Todos ponen un granito de arena, la familia siempre es importante y es un premio al esfuerzo.
–¿Cuándo se regresa?
El miércoles.