Mientras su hija, Yokasta Valle, se da de manazos con las rivales, su madre, Azucena Álvarez, sufre tanates a un lado del cuadrilátero.
La señora nos contó que siempre encomienda a la campeona a Dios, mientras que en su mano derecha lleva a la virgen de la medalla milagrosa, con la que pasa rezando durante todas las peleas para que su hija salga bien parada.
“A mí no me gusta el boxeo, pero yo siempre voy a apoyar a mis hijas. A Yokasta le gustó la adrenalina y en el boxeo encontró esa sensación. Ahora le siguió los pasos mi otra hija, Naomi. Este deporte es de riesgo y es por eso que se las encomiendo a la virgen María, a la medalla milagrosa, para que interceda por ellas y las proteja siempre”, comentó la mamá de la monarca.
La señora Álvarez comentó que cada vez que golpean a Yoka, sujeta con más fuerza la medallita para que el Todopoderoso cuide a su campeona.
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“Tengo temor, pero me agarro de Dios. Sé que Él me las protege. A mí Yokasta y Naomi me van a matar de un infarto. Lo bueno es que ellas tienen un gran entrenador, se esfuerzan mucho y hacen caso a todo los que les indica”, afirmó la madre.
En esta ocasión el ritual de la boxeadora josefina no cambió, ya que Valle realiza una pausa en su festejo para buscar a su madre, abrazarla y rezar. Al estar junto a doña Azucena, Yokasta siempre pone su mano derecha donde su progenitora tiene la pequeña medalla y al hacer eso, ambas se llenan de fe y tranquilidad.
“Ella siempre está rezando durante la pelea. Con la medallita milagrosa en la mano le pide a Diosito que salgamos bien las dos y a la virgen que nos acompañe, que interceda por nosotras. Yo me siento muy bien sabiendo que ella está aquí apoyándonos para que todo nos salga bien”, confesó Valle.