El mecánico Francisco Meléndez, de Quebrada de Tambor en Alajuela, logró cumplir su sueño de ser el dueño de un Jeep Willys, que hoy está convertido en un verdadero chuzo.
El hombre eso sí, con sus conocimientos de mecánica, lo restauró de cero y le puso todo original.
Su ilusión siempre fue tener un Willys y hoy lo disfruta para ir a todo lado, junto con su señora. Este sábado, por ejemplo, estaban en Belén, donde un hermano. Es un Willys 58 Hurricane y don Francisco nos contó cómo llegó a sus manos.
“El carro lo adquirí viendo un afiche por teléfono, pero como no sé de mucha cosa de tecnología, le dije a un sobrino que llamara y contestaron.
“Así me comuniqué con el señor y le dije que lo iba a ver sin compromiso; fuimos un domingo, lo revisamos bien, me gustó y le hice una oferta.
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“Una de las cosas que me gustó era que el chasis estaba entero y que tenía papeles, así lo pude poner al día, me lo llevé a la casa y lo fui reparando poco a poco”, expresó.
Meléndez dijo que el carro está como nuevo y tiene todo original.
“El carro está original todo, no tiene ninguna pieza que no sea del Jeep. Lo desarmé todo, el piso venía mal, le restauré el motor, le desarmé las hojas de resorte y las pinté, le revisé los diferenciales, la caja, el disco de clutch, le puse todo nuevo y estoy muy contento porque lo hice solo”, comentó.
Don Francisco adquirió el carro hace como dos años y medio, y tardó, aproximadamente, un año en ponerlo como luce hoy en día.
Ya se lo han ofrecido comprar porque quedó muy chuzo, pero no está dispuesto a venderlo. “Ya cuando uno no esté que quede en la familia. Tengo dos hijas y un hijo y a los tres les gusta y los nietos son felices. Prefieren montarse en el Jeep que en otro carro”, expresó.
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El mecánico ahora se dedica a pasear con su señora, pero también ha llevado el carrito a algunas ferias o actividades y siempre causa sensación.
“Desde niño quise tener un Jeep Willys, los conocía, pero no podía adquirirlo por la situación de nosotros. Éramos campesinos, algunos se pusieron a trabajar, otros estudiaron y yo me dediqué a la mecánica hasta que ahora pude tenerlo”, comentó.
Entre las actividades a donde ha llevado el carrito, a quien llama, pero solo para sí mismo, el Poderoso, están: una actividad del cantonato de San Pedro de Poás, una actividad en Sarchí y el último fue en playa Coyote. “Fuimos varios compañeros de Willys y me fui con la señora”, contó.