El portero Víctor Bolívar la pasa mal por la muerte de su perrito Chase, un bulldog inglés que era el chineado en su casa.
El arquero, quien juega para el Sololá FC, de Guatemala, se enteró del fallecimiento de su mascota el sábado pasado y le ha costado lidiar con la idea de que el peludito ya no está.
Chase murió luego de que un hombre que iba en moto le lanzó piedras. Esto pasó en Esparza, donde vive la familia de Bolívar, y entristeció a todos, incluidos Alejandra Rodríguez --la esposa de Víctor-- y los hijos de la pareja: Ashlyn e Iker.
Destrozado
Alejandra contó cómo pasó todo.
“Nosotros teníamos dos perritos, Chase, de un año y dos meses y su mamá Nicky, de cuatro años. Mi hija y yo le estábamos preparándole la comida, ese día le tocaba comer sardinas, y en un descuido se nos salieron. Los buscamos en el patio y al frente de la casa, pero no los vimos.
“A los cincuenta metros, vi a un señor que se agachó y con sus dos manos agarró una piedra grande, la dejó caer con fuerza, pero al inicio no le presté importancia. De inmediato, vi a Nicky corriendo hacia mí y el tipo se montó en su moto, venía a hacerle daño y me reclamó que por capearse a los perros se cayó de la moto, me habló en un tono bastante agresivo”, afirmó.
Alejandra comentó que la persona le dijo “dele aire (que se alejara) si no quiere conocer a un loco, si me vuelvo a topar a ese perro, lo termino de matar”. Ella se asustó pues seguía sin ver a Chase y caminó hasta donde el hombre lanzó la piedra y ahí vio a su perro.
“Sentí que se me salió el corazón, porque vi a Chase echado, tenía la boca llena de sangre y lo primero que pensé fue que se quebró un diente y decidí llevarlo al veterinario, porque se estaba quedando dormido.
“Cuando íbamos de camino comenzó a convulsionar y antes de sacarlo del carro, el doctor nos dijo que el vómito venía del interior del cuerpo. Dos minutos después me dijo que no había nada que hacer porque iba con los órganos destruidos. Las costillas las tenía desbaratadas, le pusieron oxígeno y me llamaron para despedirme de él. Yo le pedía al veterinario que lo operara, pero nada se pudo hacer”, relató.
El guardameta se enteró de la muerte el sábado y vio por videollamada cómo enterraban a su perrito en el patio de la casa.
“Vivo solo en un apartamento y siempre quise tener un bulldog para criarlos, ha sido una experiencia muy linda y cada vez que podía, mientras estaba en el país, le dedicaba tiempo a Chase, son perros muy cariñosos.
“Cuando cumplió un año le celebramos con queque, era el consentido de la casa y cuando recibí la noticia (de que había muerto) no lo podía creer, me siento mentalmente muerto. Trato de ser fuerte, pero todos los días me acuerdo de él, he llorado bastante”, añadió.
Levantar la voz
La mascota dormía con Ashlyn, fue su regalo para los 15 años.
“El veterinario cree que hubo más pedradas, porque por una sola no pudo quedar como quedó. Si el señor hubiera hablado conmigo yo hubiera estado dispuesta a negociar, no le pasó nada a la moto, además lo material va y viene, pero la forma en que me lo mató fue muy cruel. Chase no era solamente una mascota, era un miembro más de la familia”, dijo Alejandra.
En la familia Bolívar Rodríguez quieren que se haga justicia y por eso ya pusieron una demanda en el Juzgado de Puntarenas.
“No podemos hablar de los detalles, pero identificamos a la persona y contamos con testigos que se ofrecieron a ayudarnos. Queremos alzar la voz, porque hoy fue Chase y afortunadamente él tiene a su familia que pelee por él, pero ¿y los perritos abandonados en la calle y que son maltratados?”, se preguntó Alejandra.
“Una persona como esa no puede andar así a la calle, imagínese si reacciona así en contra de una persona, si le hace eso a un niño. Desde el sábado no había salido del cuarto, estaba muy deprimida, pero dije que esto no puede quedar así y ya contacté a algunas organizaciones de rescate animal”, añadió.