Javier Mascherano dio el ejemplo y puso la cara ante la prensa después de que Argentina perdiera este sábado en los octavos de final ante Francia 4-3, todo lo contrario a Lionel Messi, quien jaló en silencio.
“Es hora de decir adiós. De ahora en adelante deseo que todos los chicos que sigan puedan lograr lo que se buscó. Se rompe la ilusión”, declaró Mascherano, visiblemente conmovido, a la cadena argentina TyC Sports, al concluir el partido.
Mascherano pone punto final con 147 partidos como internacional, después de que frente a Islandia (1-1), en el estreno mundialista, hubiera superado el récord de juegos internacionalidades de Javier Zanetti. Rusia fue su cuarto Mundial, con 34 años recién cumplidos.
Una escuadra que contaba con un talento único como Lionel Messi, miraba a Mascherano en busca de indicaciones. Él situaba, colocaba y ordenaba a sus compañeros con el liderazgo que solo permiten la edad, los títulos y una personalidad aplastante.
Así volvió a hacerlo este sábado. Pese a que el físico ya no le daba para contener la velocidad endiablada de los delanteros franceses, fue de los pocos que ganó algún duelo ante los Bleus.
Cuando todos miraban al suelo en la derrota de la final ante Alemania en Brasil 2014 o en las Copas América de 2015 y 2016 ante Chile, el exjugador del Barcelona, hoy en las filas del Hebei China Fortune, siempre levantaba los ánimos y los espíritus.
Con la serenidad de la gloria pasada. Con los espejos de Diego Simeone y Diego Maradona. Con la confianza en títulos futuros que nunca llegaron.
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“Ganar es una felicidad, pero también hay que aceptar que no siempre se gana. Lo normal es perder, ganar es una circunstancia”, afirmó. En la derrota se aprende más que en el éxito. El éxito tiende a deformar las cosas”, expresó
“Masche”, que se formó como jugador en el River Plate, creció a las órdenes del español Rafa Benítez en el Liverpool y tocó la cima con Pep Guardiola en el Barcelona, dice adiós a la selección argentina, el gran amor de su carrera deportiva.
Una carrera que le ha llevado a saborear las mieles del éxito en sus clubes y a vivir las más profundas tristezas con la Albiceleste. La última, la dolorosa derrota de este sábado ante Francia.
Dolorosa despedida no solo por él, sino porque soñaba con ayudar a Messi a ganar un Mundial.
”Messi es diferente al resto de los jugadores, es patrimonio de todos. Es como los grandes artistas, no tiene una nacionalidad, sino que pertenece a la gente que paga una entrada para verlo”, dijo.
Lucas Biglia también se marcha
Un poco más tarde, le tocó el turno del también mediocampista Lucas Biglia de anunciar que dará “un paso al costado”.
“Nos vamos con tristeza porque para algunos es el final y no es la manera que queríamos. Ojalá que a los que les toque venir tengan y puedan trabajar con tranquilidad y llevar a Argentina donde se merece”, declaró Biglia a TNT Sports, que juega en el Milan y disputó 58 partidos con la Albiceleste.
El Kun sí se queda
Por su parte, Sergio Agüero tiene un pensamiento distinto al de Mascherano y Biglia.
"Mientras el técnico que esté, sea Jorge u otro, siempre estaré dispuesto. Creo que este Mundial nos agarró a una edad bastante justa y después, como todos sabemos, hay jugadores jóvenes".
Messi jaló calladito
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Totalmente destrozado por la eliminación, Lionel Messi se escondió de la prensa mundial y con sus tacos en la mano, jaló directamente del camerino al bus, sin brindar declaración alguna.
De esta forma el 10 de la Albiceleste, cerró su cuarto Mundial, firmado como los tres anteriores, con un tremendo fracaso.