Mario McGreggor hijo confesó a La Teja que aún se emociona cuando le sale en redes sociales un video de la gesta deportiva de Costa Rica en el Mundial 2014, no solo por lo logrado por la Sele, sino por escuchar la voz de su papá.
Hay varios documentales o pedazos de narración donde se escucha Mario McGregor, quien falleció el 13 de enero del 2017.
La Doble M, como se le conocía, es considerado por muchos periodistas y aficionados el mejor narrador de la historia de Costa Rica y diez años después de que Costa Rica clasificó a cuartos de final en el mundial de Brasil 2014, los videos han vuelto a circular.
Además de las narraciones de los goles, también hay un video de cuándo él está narrando en Brasil, que le hizo el periodista Yashin Quesada.
McGregor estuvo presente en ocho mundiales mayores de fútbol de la FIFA y una narración suya de ese mundial fue designada como la mejor de la Copa del Mundo por Globo Esporte. Fue cuando describió el gol de penal de Michael Umaña ante Grecia, que le dio a Costa Rica el pase a los cuartos de final.
El hijo Mario McGregor, quien lleva su nombre, dijo que todas las narraciones son especiales, pero esas quedaron inmortalizadas en el colectivo de la gente por la espectacular actuación de la Sele.
“Ese sentimiento no se va, y esa frase que dijo: ‘Dios sostiene mi voz’ se volvió parte de mi vida. Ahora que se cumplen diez años la mayoría de personas lo reviven, pero para mí es parte del diario vivir, recordar sus narraciones que eran sin ensayo, eran del corazón, es increíble”.
- ¿A usted le recuerdan esas narraciones cuando sus conocidos lo ven en la calle o alguien lo reconoce?
Es curioso, hoy andaba con en una cita y el doctor me dijo, “usted es el hijo de don Mario” y me comentó que fue una gran narración, me dijo lo de que “Dios sostenga mi voz”, recordó el gol de Campbell que dijo el nombre completo, Joel Nataniel, eso me pasa con frecuencia, en épocas donde se cumplen años de algún evento. Mi nombre me delata, dicen que no es igual ver eso sin escuchar la narración de papá.
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-Usted tenía 28 años, ¿cómo fue aquel momento, por ejemplo, el partido contra Grecia, qué recuerda?
El sentimiento es indescriptible, saber que mi papá lo veía en vivo y lo relataba para todo el país y más allá de las fronteras, es que es indescriptible, en los partidos había una diferencia en el retorno, la radio estaba más adelantada y cuando llegaron los penales contra Grecia me fui a esconder con el radio al cuarto. Estaba demasiado nervioso, el corazón me latía fuerte y cuando papá narró el gol de Michael Umaña me volví a ver con mi hermano, no nos dijimos nada.
Era más complicado, no había WhatsApp, más bien hablábamos por Skype.
- Usted me está diciendo que no vio los penales, que escuchó solo la narración de su papá?
- Correcto, escuché a mi papá, igual, el tele estaba encendido, pero no lo vi, yo estaba como decir boca abajo en la cama, tenía nervios, sé que el tele estaba prendido, pero quería que mi papá me lo dijera. Era demasiada la adrenalina y cuando lo cantó, luego vi la tele y todo fue una celebración.
-¿Ese día pudo hablar con él o fue un día demasiado loco para eso?
Fue un día demasiado loco, como usted dice. No hubo llamadas, estaba en la casa de unas tías, no existía la facilidad de ahorita, me comunicaba por compu. Al día siguiente sí nos llamó y hablamos y nos contamos todo. Dijo que Yashin Quesada lo había grabado, teníamos que esperar a que alguien subiera el video. Cuando lo vimos uno no puede evitar que se le salgan las lágrimas, allí se ve que es del corazón, que le gustaba lo que hacía y que le salía natural.
- ¿Usted o alguno de sus hermanos heredó ese talento?
No, eso fue un don, no fue hereditario, lastimosamente, si hubiera sido hereditario todos estuviéramos en un lugar narrando. Me hubiese encantado, dicen que tengo la voz, a veces hago la mímica, pero con algo copiado, como el gol de Juan Cayasso (en el Mundial de Italia 90), pero espontáneo no.