La noche del miércoles fue inolvidable para la mamá del jugador del Saprissa, Gerald Taylor, doña Aida Dosman.
El día del juego entre los morados y el Pumas mexicano, doña Aida tuvo la oportunidad de ver jugar en el estadio tibaseño a su retoño y no se cambia por nadie.
En días pasados, la orgullosa mamita le comentó al periodista de Repretel Carlos Serrano que no conocía el estuche morado y por eso, entre el comunicador y el club lograron que doña Aida tuviera un día de ensueño en la mejenga de la “S” por los octavos de final de la Liga de Campeones de Concacaf.
“Nunca había entrado a la Cueva, le pasaba de larguito y la verdad es que la del miércoles fue una experiencia muy linda, grandiosa y quedé superencantada. Fue algo muy hermoso, no tengo palabras para describirlo”, afirmó.
El joven jugador, de 20 años, fue uno de los que más llamó la atención en el clásico del domingo pasado, pues pese a ser su primera experiencia en un juego contra Alajuelense no tuvo miedo de enfrentar a los manudos.
Chineada. El periodista de Repretel le regaló una bandera, le pagó los pasajes y la llevó a cenar antes del partido. Saprissa colaboró con las entradas al estadio y le pagó el hospedaje en el hotel Radisson, según contó doña Aida.
Tempranito
La mamita se vino bien temprano desde Manzanillo, en el Caribe Sur, para estar a tiempo en el estadio. Su pareja, Giovanny (no dijo sus apellidos), la llevó a Puerto Viejo en moto para que ella pudiera tomar un bus rumbo a Chepe.
“Llegué a San José a eso de las tres de la tarde, porque tuve que tomar el bus de Caribeños. Cuando llegué fui a comer con Carlos (Serrano) y luego llegué al estadio. Allí me acompañaron dos hermanos de Gerald, Samir y Randy y la novia de Gerald, Fabiana, todo fue muy lindo”, destacó.
Doña Aida quedó encantada con el recibimiento que le dieron en la Cueva.
“Patricio (Altamirano), el muchacho de prensa me regaló una camiseta y por detrás tiene el nombre de Gerald y el número 28 (el jugador nació el 28 de mayo). La verdad se me realizó un sueño”, afirmó.
Su muchacho la sorprendió en la grada. Ella estaba esperando ver a su hijo y él llegó para darle un abrazo.
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“Estaba en la gradería viendo mi teléfono y cuando me di cuenta lo tenía de frente. Lo besé, lo abracé y le dije ‘vio que vine’ y él me dijo: ‘Sí, má’. También me preguntó si tenía frío y le contesté que sí, pero no me importaba porque estaba con él.
“Yo le dije: ‘papi aquí estoy, se lo prometí' y también le dije que le diera duro a esos mexicanos y mientras jugaba no paraba de gritarle, en todo momento lo apoyé.
“Él nos enorgullece y el Caribe Sur está orgulloso de él, cuando va a Limón la gente lo busca para compartir con él, es como un ídolo para los chiquitos y sus familiares”, comentó.
Doña Aida recordó que el chamaco se inició en Alajuelense, pero por cosas de la vida salió de la institución rojinegra y luego llegó al Sapri cuando tenía más o menos 17 años.
El estar en las ligas menores de la “S” le permitió sumar minutos en el Uruguay de Coronado, en el campeonato pasado y su buen rendimiento con los lecheros le permitió llegar al primer equipo morado.
“De momento Gerald se dedica únicamente al fútbol. Todos los días le digo que no olvide quién es y aunque ahorita lo veo poco porque tiene que estar jugando, me mantengo en comunicación con él, porque soy una mamá gallina”, destacó.