Ana Guity, la mamá de Sherman Guity, quien este sábado ganó su segunda medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de París 2024, esta vez en los 200 metros planos T64, reveló a La Teja la historia del famoso chancletazo que contó su hijo hace unos días.
Sherman escribió el pasado 5 de setiembre, tras ganar su primera medalla dorada en los 100 metros planos, que las carreras con su mamá persiguiéndolo con una chancleta lo ayudaron a convertirse en atleta. Lo dijo en un tono amoroso, como un recuerdo lindo de su infancia.
Este sábado, Guity volvió a agradecer a su madre por todo el impulso que siempre le ha dado, pero esta vez no mencionó el chancletazo.
“Gracias a mi mamá (Ana Guity) por el apoyo, y a mi familia, que estaban ahí viendo la competencia. Perdón por llenarlos de nervios, porque sé que estaban muy nerviosos, pero se logró el objetivo. Me voy con dos medallas y espero que estén muy contentos. Esta medalla es para ustedes y para Costa Rica. ¡Muchas gracias, pura vida!”, expresó al periodista del Comité Paralímpico de Costa Rica, Olman Mora.
Entonces, para no quedarnos con la duda, La Teja llamó a la mamá y le preguntó: ¿Cómo es la historia del chancletazo?
“Cuando él hacía sus travesuras salía corriendo y yo iba detrás de él, no lo alcanzaba hasta que llegaba a la casa del papá. Pero era pequeño, como de ocho o nueve años”, narró doña Ana, quien no ocultó que se sintió sorprendida cuando su hijo compartió esas palabras en sus redes.
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“Es un recuerdo bonito, pero me dio penilla, él me dice: ‘No, mami, no le tiene que dar pena. Gracias a eso yo aprendí a correr’”, añadió.
La mamá recuerda que, desde niño, Sherman mostraba aptitudes para el atletismo pues cuando lo mandaba a comprar algo decía: “Voy a ir rápido a la pulpe porque yo soy ‘Flash’ y de verdad iba muy rápido”.
Un día, Sherman le dijo que se iba a meter a atletismo, ella lo apoyó y fue escogido para ir a los Juegos Nacionales.
En su primera experiencia no ganó nada y su hermano Rashid sí. “No voy a correr más”, le dijo un afligido Sherman a doña Ana.
Entonces la mamá lo animó y le dijo: “Tú puedes traer medallas, si tú lo quieres, tú puedes. Desde ese día, siempre trajo medallas”.
Sin embargo, la vez más ruda, sin duda, fue cuando sufrió el accidente donde perdió su pierna, el 25 de agosto del 2017.
“Cuando llegué al hospital lloré con él, me dijo: ‘Mami, ya no voy a correr’, y yo lo animé y le dije que sí, pero no sabía que existía el paratletismo”.
Fue cuando llegó el entrenador Emmanuel Chanto y dijo que existía el paratletismo y que él lo iba a seguir entrenando.
“Allí fue cuando él dijo: ‘Voy a seguir corriendo y voy a ser el mejor del mundo’. Yo le dije que sí él se lo proponía, lo podía hacer”.
Sherman, tras su accidente, descubrió esta nueva oportunidad en el paratletismo, una modalidad del atletismo para personas con alguna discapacidad que compiten entre paratletas con condiciones equivalentes. Estos eventos son organizados bajo la regulación del Comité Paralímpico Internacional y brindan un espacio para que atletas como Guity continúen destacando en el ámbito deportivo
La historia tuvo un hermoso capítulo este sábado cuando Sherman ganó esta segunda medalla de oro en París 2024 y la familia se reunió en casa de la abuelita del atleta, con primos, hermanos, cuñados, vecinos y observaron la carrera atentos, en medio de una algarabía.
Con el triunfo, doña Ana volvió a llorar y luego Sherman le mandó su agradecimiento.
Estamos seguros que la historia de los Guity, llena de éxitos, aún es un libro abierto.