La supuesta maldición que pesa sobre el Cartaginés de que no es campeón debido a que los jugadores entraron borrachos y a caballo a la basílica de los Ángeles cuando ganaron su último título en el ya lejano enero de 1941, es un cuentazo, según explican historiadores brumosos.
Esa leyenda urbana comenzó a tener forma el 12 de enero de 1941. Ese día Cartaginés perdía 3 a 1 la final ante el Herediano al finalizar el primer tiempo, por lo que en el periodo de descanso muchos aficionados paperos decidieron abandonar el estadio Nacional para regresar a Cartago, pero cuando llegaron a la Vieja Metrópoli se encontraron con la sorpresa de que el equipo le había dado vuelta al marcador y ganaron 4 a 3.
En los festejos en Taras, en la calle del comercio en el centro de la Vieja Metrópoli y en la basílica hubo un desborde de alegría. La gente esperó al equipo y algunos de los jugadores montaron a caballo, según el historiador del club brumoso, José Rafael Soto.
Aunque los festejos fueron a lo grande, el respeto imperó en todo momento y el ingreso a la basílica de los jugadores fue con todas las de la ley, según cuenta Soto. Eso lo sabe porque él entrevistó a testigos.
“Sí ingresaron, hubo un tedeum (alabanza de gratitud) y lo celebró monseñor Claudio María Volio. Tenemos el testimonio de gente que ya ha fallecido y que estuvieron presentes cuando tenían diez, doce años y presenciaron la entrada y no hubo nada de eso (entrada a caballo a la iglesia y borrachos)”, relató.
Para Soto, el nacimiento de esa leyenda urbana se dio muchos años después, sin precisar una fecha exacta, en la década de los sesentas o en los setentas, cuando pasaban los años y Cartaginés no era campeón.
“La versión de la maldición se da en esos años cuando encontraron muy fácil decir que entraron a caballo y borrachos”, explicó Soto.
A eso, el historiador Franco Fernández le llama verdades culturales y en Costa Rica hay muchas.
“Son cientos las leyendas que existen en los pueblos campesinos, algunas muy lindas, pero son leyendas, verdades culturales porque al fin y al cabo la gente las cree, pero no existen”.
En la retina de la gente que asistió al fiestón de aquel 12 de enero, dice Soto, quedaron imágenes de jugadores a caballos, de fiesta, de cerveza, bailes y de un tedeum en la basílica y buscando alguna explicación pegaron pedazos de esos recuerdos de forma inconsciente para hacer una historia que con los años y la sequía de títulos, adquirió fuerza.
Don Franco, historiador de Cartago (la provincia) también considera que la maldición, igual que la del muñeco, son leyendas urbanas.
“Esa maldición y toda la historia alrededor es absolutamente falso, fue todo lo contrario, cuando Cartaginés fue campeón se recibió al equipo en la iglesia de Los Ángeles y fue un festejo altamente respetuoso, el trofeo se entregó a un grupo de la iglesia, fue algo solemne. Eso es una perfecta mentira y es para justificar la mala organización o los fracasos deportivos”, dijo.
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“Este tipo de leyendas son atractivas como explicaciones, pero no son lógicas, ni científicas, ni reales. Son comunes en el cartaginés y en el costarricense”, agregó Franco.
Poderoso
La coach de vida Yanela Barrantes dice que, más allá de que la historia sea cierta o no, hay un arrastre negativo que puede afectar al camerino y se debe trabajar para soltarlo, para dejarlo ir.
“Sí, afecta la mente porque si todos están enfocados en lo negativo, eso se atrae. Es como el poder de la oración cuando alguien está enfermo y todos oran por un mismo objetivo de sanación se produce una energía muy fuerte, positiva, igual sucede con lo negativo.
“El asunto se corrige si se cambia la mentalidad. En el caso de Cartaginés, a nivel camerino, en vez de pensar en que no van a ser campeones, imaginar lo contrario. Por supuesto, existe la posibilidad de que no se dé por otros factores, como meramente el deportivo meramente”, aseguró Yanela.
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El también coach deportivo Carlos Aguirre dice que no cree que afecte porque está seguro que ningún jugador cree en eso, pero aún así se puede trabajar la parte mental.
“Si sé que la tengo encima lo puedo trabajar, sin referirme a eso, visualizando las cosas, ‘sí podemos ser campeones porque podemos competir‘. ‘hemos sido un equipo regular’. Me centraría en lo positivo y no le abro las puertas a lo que no quiero que me pase”, expresó Aguirre.