Cerca de 50 aficionados del Saprissa, más un poco del personal administrativo del Monstruo, se tiró en un puro vacilón los últimos 11 minutos del partido contra Grecia que terminó 6 goles por uno a favor de los morados.
En las mismas gradas bautizaron la tarde como "lunes de vagos". Vacilaban con que sacaron el rato solo para ver una pellizo de mejenga. El partido se había suspendido el domingo al minuto 81 por una amenaza de bomba que terminó siendo falsa.
Fue un pacho porque nadie dejaba de gritar y se escuchaba todo lo que decían. Por ejemplo, uno de los ratos más vacilones fue cuando expulsaron a Yeremy Araya y desde la platea se dejaron decir: "¡Paté, le salió caro traerlo para este ratito!" o "¡tranquilo que el bus directo a Grecia sale a las doce y media!".
Una de las fiebres fue Marta Porras, vecina de San Jerónimo de Moravia.
"Yo tenía que hacer un mandadito en Moravia y entonces dije' aprovecho y bajo un tirito'. Soy morada de corazón, ayer (domingo) vine con mi hija y nos pegamos un susto, pero hoy no la pude traer", comentó Porras.
"Tuve que venir sola, siempre desde chiquitica veníamos con mi familia y ahora yo traigo la mía, si vuelven a decir algo (de bombas) nada más salgo rápido", aseguró esta fiebre.
Otro que se dio la vuelta fue Vladimir Sánchez, que llegó desde Patarrá de Desamparados.
"Somos unos fiebres la verdad, esto es por la pasión del fútbol y el equipo de los amores. Esperaba un golcito más porque el equipo estaba fresco, pero son minutos con amor", comentó Sánchez que es DJ y entonces trabaja por las noches y le calzó apenas para ir a la Cueva.
Sánchez se llevó a un primo al que, dice le está inculcando el amor por el Sapri pues vivió mucho tiempo fuera del país.
Vladimir aseguró que así fuera un minuto valía la pena ir al estadio por el Monstruo.
En las afueras del estadio varia gente se quedó con las ganas de ingresar, pero solamente los que tenían entrada del domingo tenían derecho.