Los técnicos Vladimir Quesada y Luis Diego Arnáez tienen muchas cosas en común a pesar de que siempre han sido rivales en los terrenos de juego.
Ellos no solo comparten su profesión como entrenadores, sino que también fueron figuras destacadas en Saprissa y Alajuelense, los equipos con más afición del país y los cuales se enfrentarán este domingo a partir de las 4 p. m., para definir cuál de los dos disputará la final del torneo de Clausura 2018 ante el Herediano.
Ambos también fueron excapitanes del Monstruo y de la Liga, así que se enfrentaron muchas veces en clásicos en los que hubo títulos de por medio. En sus tiempos como futbolistas fueron referentes dentro de la cancha y ahora el destino los vuelve a encontrar, pero como dueños de los banquillos por lo que buscarán escribir una nueva página de gloria en la historia de los equipos de sus amores.
Los técnicos se parecen hasta en su forma de ser, ya que los dos son tipos metódicos, estudiosos y muy serenos, por lo que no son de andar pegando gritos ni celebrando en exceso cuando ganan, ni de pasar llorando o criticando a los árbitros cuando pierden.
Quesada respira saprissismo y Arnáez liguismo, así que saben a la perfección lo que significa para una afición ganar estas mejengas, algo de lo que dan fe dos amigos y excompañeros y quienes compartieron por muchos años con ellos; Benjamín Mayorga, quien ahora es asistente en el Municipal Grecia y Harold Wallace que se desempeña como comentarista.
El apasionado hijo de doña Nena
Vladi llegó al Monstruo con tan solo seis años y conoció al Mincho Mayorga a los doce. El Indio confiesa que no se le olvidan las épocas en la que siendo todavía chiquillos, todo el equipo infantil se iba a meter a la casa de Vla, que quedada a menos de un kilómetros del estadio Saprissa, para saborear las delicias que les preparaba doña Nena, la mamá de Quesada.
“Nosotros jugamos juntos 20 años, y yo le agradezco muchas cosas. Me acuerdo de los atoles y la comidita que nos preparaba doña Nena, nosotros llegábamos muertos de hambre del colegio y ella siempre nos atendía. A mí me consta que Vladimir es una persona que vive por el Saprissa y que su pasión por el equipo es gigante, ya que lo ama”, explicó Mayorga.
Para el Indio, desde que Quesada debutó con la "S" en 1985 hasta su retiro del fútbol en el 2000, siempre se partió el pecho por ese escudo, por lo que sabe que ahora como técnico también lo está haciendo. Según Mayorga, su amigo ha pasado momentos difíciles como entrenador, pero ha logrado salir adelante.
”Él está desde los seis años en Saprisssa y eso tiene mucho significado. Además ganó muchos títulos y fue un jugador estrella. Jamás podría decirse que no sepa de fútbol ni de qué trata estar en Saprissa.
Vladi ha recibido críticas por la manera en la que enfrentó ciertos partidos, pero de la forma en la que lo están haciendo ahora demuestra que es bueno en lo que hace porque entrar en un partido con tres delanteros y meterle tres al Santos de visita es como yo quiero ver siempre a Saprissa, atacando y proponiendo, jugando de tú a tú. Se ha vuelto un equipo muy pesado (fuerte) en las últimas tres fechas.”, detalló.
Benjamín siente que el ambiente que se respira en este momento es muy positivo en el Monstruo, ya que el equipo está jugando como a la afición le gusta. Además reconoce que Vladimir supo mantenerse sereno y encontrarle la comba al palo, lo que consiguió gracias a su carácter.
“En el último partido que nos vimos en Alajuela (el 20 de marzo en el Morera Soto), estuvimos hablando como por 20 minutos y me dijo con humildad que él lo que busca es lo mejor para Saprissa y que si tiene que dejar el puesto lo hará con el fin de que el equipo esté bien, lo cual me impresionó. Desde carajillos nosotros hablamos de nuestro sueño de jugar en Saprissa, amamos a este equipo y él está dispuesto a hacer cualquier sacrificio”, destacó.
Para Mincho, los partidos que le quedan a la "S" deben ser perfectos, porque en Tibás no se juzga por el hoy, sino por lo que haces mañana. El Indio agregó que la afición morada es tan exigente que no perdona perder títulos y ante los fracasos siempre pide responsables.
El callado líder que todos escuchan
Cuenta Harold Wallace que a él siempre le llamó la atención que Luis Diego Arnáez hablara tan bajito, una característica que con el tiempo le demostró la inteligencia que tenía el Flaco para hacerse escuchar en el camerino.
“Arnáez habla bajito a propósito, porque cuando usted lo hace de esa manera obliga a los demás a poner atención. Es algo muy curioso, porque en charlas lo hace al propio, porque así transmite su mensaje de forma más eficaz. Claro, cuando se enoja todo eso queda de lado”, detalló el Rapero.
La carrera del Flaco en la Liga fue intachable y salió campeón nacional 7 veces, entre 1993, año que llegó al club procedente del Municipal Puntarenas, hasta el 2005 cuando colgó los tacos. Tres años después llegó al banquillo erizo y los llevó a la final del Invierno 2008, serie que perdió ante la S.
“A Luis lo apreció mucho por la amistad que nos une y porque es una persona muy mesurada y tranquila, pero esa forma de ser no significa que no sienta lo que se está jugando en ese momento. Él siempre fue muy profesional y hasta fue nuestro capitán en algún momento, por lo que sabe muy bien lo que representaba un partido de estos”, comentó el exdefensor.
Con tan poco tiempo para trabajar, Arnáez ha apelado al orgullo y a los recuerdos sobre la rica historia manuda para transmitírsela a los jugadores por medio de anécdotas.
“Con tan poco tiempo en el puesto creo que les está trabajando más la parte mental a través de experiencias que vivió. Estos tipos de partidos Arnáez los jugó miles de veces y sabe cómo se deben enfrentar, por lo que esos tips que les trasmite a sus jugadores son muy importantes, ya que el trabajo en la cancha es muy relativo por lo estrecho del calendario”, consideró Wallace.
Desde que volvió al banquillo el Flaco lleva tres triunfos al hilo y mantiene al León con posibilidades de pelear la final.