El lugar de reunión donde nació el Deportivo Saprissa es hoy en día una verdadera pena, un basurero al aire libre donde los indigentes hacen lo que les da la gana y que fue desmantelado en unos 10 días.
El lugar está ubicado en el barrio Los Ángeles, en el puro corazón de San José, en avenida 6, entre calles 6 y 8 y muestra un estado de absoluto abandono, sucio, lleno de basura y donde, en el rato que estuvimos, llegaron indigentes a recoger cuánta cosa les pudiera servir, aunque fueran escombros.
El último arrendatario se fue del lugar hace unos diez días; dicen los vecinos y las personas de la calle, que apenas se dieron cuenta, tardaron como ocho días para dejarlo en las condiciones en que se encuentra.
Los vecinos piden a gritos que el sitio sea intervenido porque la delincuencia aumenta, pues es un imán que atrae a las personas de la calle y para que hagan de las suyas. Uno de los lugareños nos aseguró que ya se les han metido a robar.
El lugar tiene un significado simbólico e histórico para el Deportivo Saprissa pues fue el sitio donde don Beto Fernández fundó el primer equipo morado, en ese momento un cuadro infantil, se reunía allí para conversar cosas de los chiquillos de la época y de fútbol en general.
LEA MÁS: Aficionados de Puebla hacen esta insólita petición al equipo de Andrés Carevic
“Era el lugar de reunión de los chiquillos, ese sitio tiene una importancia relativa, es muy especial y significativo para el primer equipo que jugó bajo el nombre del Saprissa, fueron dos generaciones que tenían ese lugar para reunirse”, nos contó don José Antonio Pastor, historiador del cuadro tibaseño.
Doña Dunia De la O, expresó que una vez que la persona arrendataria se marchó el lugar, este fue invadido por indigentes y han provocado daños a la estructura y han dejado el lugar en muy malas condiciones.
“Lo que estamos viendo es un lugar que lo han ido demoliendo con la gente de la calle, la persona que alquilaba la desocupó, el arrendatario dio permiso a que se metieran los indigentes a hacer este destrozo que ha afectado también a nuestra propiedad y por lo visto, todavía falta más”, expresó.
“También es un rincón histórico para algunos, tengo 22 años de vivir acá, soy vecina de este sitio donde se dice que nació el corazón del Saprissa, no el lugar en sí sino lo que ocurrió y da pena este lugar, creo que es una piedra que nadie quiere en el zapato”, opinó De la O.
La mujer hizo un llamado al Deportivo Saprissa para que puedan atender el lugar, pero tiene claro que no les corresponde.
“Si fuese por un tema de corazón, diría que sí, nos sumamos toda esa caravana de Saprissa que domingo a domingo se ve, que movamos el corazón, rescatemos ese pedacito de historia, que sea un referente, que alguien tome la iniciativa, es un espacio que no va a ser comprado por el Saprissa, pero que apelen por conservar la historia. Necesitamos gente que ponga el corazón para rescatar algo de eso”, añadió.
Otro vecino que opinó fue Daniel Noguera, quien no es aficionado morado, pero sabe de la grandeza y de la importancia que tiene Saprissa en Costa Rica.
“Es una injusticia, eso debería ser un patrimonio, me ha contado la historia de ese lugar y es una falta de respeto de la persona de la calle venir y desarmar todo eso, deberían haber puesto, no sé, cerrarlo completamente”, expresó.
Dijo que el peso histórico de Saprissa no es suficiente para que un lugar icónico esté en ese estado.
“Creo que Saprissa pudo hacer algo por este lugar, haberlo hecho un patrimonio, para ellos y para la afición porque saber que en ese lugar estuvo Ricardo Saprissa es algo histórico, creo”, añadió.
Manuel Amaya expresó que la propiedad está en un estado deplorable. “Hace un tiempo empezó el vandalismo, robándose la placa donde estaba , el equipo no nació aquí, fue la parte logística y realmente lo que vemos es increíble”.
Contó que el miércoles en la noche, sucedieron cosas que no tienen por qué soportar como vecinos.
“Eran como termitas, se quería llevar todo, de hecho había una estructura de perling, grande y se la llevaron, increíblemente sin herramientas, yo nunca oí un metabo, era nada más a darle hasta que el perling se calentara y así estuvieron toda la noche”.