Costa Rica tuvo la gloria en sus manos por 3 minutos.
Ese fue el tiempo en que la Sele estuvo clasificada a octavos de final de la Copa del Mundo de Qatar 2022, cuando de forma sorpresiva y con mucho orgullo le estaba ganando a Alemania 2 a 1.
El triunfo dejaba fuera de la competición a los germanos y a España, que perdía con Japón, mientras el corazón de cinco millones de personas se hacía un puño.
Y entonces empezamos a soñar. Ya nos veíamos contra Marruecos, nos volvió a la memoria el pasaje de Brasil 2014, nos arrodillamos, muchos prendieron velitas. Otros lloraron ante la imposibilidad de contener las emociones, pero fue una ilusión que duró muy poco... solo tres minutos.
El VAR, hay que decirlo, nadie lo entiende. Y nos jugó sucio. El gol de Niklas Fullkrug (el 4-2) para toda Costa Rica no debió valer. Estaba claramente adelantado, por más tecnisismos arbitrales. Así le quitaron goles a Francia, a Argentina, a Ecuador. Y el de Japón, el que le dio el triunfo, el segundo ante España, no debió subir al marcador porque la bola salió totalmente. La verdad, era mejor sin VAR.
Podemos decir que Costa Rica se despidió del Mundial con un partido correcto ante Alemania, en el que se terminó perdiendo con las botas puestas.
Se cumplió el plan
La Sele se plantó como dictaba la lógica. Esperábamos un equipo atrás, sufriendo, con Keylor Navas magnificando su leyenda y con una o dos opciones a favor por periodo.
El libreto salió bien en la inicial, pues se presentó esa opción en pies de Keysher Fuller, ante un error del defensor Antonio Rudiger, que le dejó servida la pelota. El lateral le dio con todo, y a más de un tico se le atragantó el almuerzo, pero una mano espectacular del portero Manuel Neuer nos dejó con el grito de gol en la boca. Hubiera sido el 1 a 1.
Queríamos un complemento igual, de aguantar y de llegar una vez para marcar y que España hiciera lo suyo. Se dio a medias porque llegamos más, metimos dos goles, le dimos la vuelta, pero al final perdimos y, aunque ya no importaba, Japón ganó.
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Agarraron confianza
Alemania se había ido arriba en el marcador desde el minuto 9 con un cabezado de Serge Gnabry, luego de un centro de David Raum por la izquierda. Eran momentos de dominio absoluto y total de los germanos.
No es el que resto del partido no lo dominara. Siempre tuvo el control, pero la intensidad en esos primeros quince minutos fue asfixiante y envolvió por completo a los ticos.
Pero Costa Rica, pasados los minutos, encontró espacios, tomó confianza con la bola en los pies y al cierre de la inicial tuvo momentos donde puso en aprietos a la poderosa tetracampeona y eso es mucho decir para un equipo como el nuestro, enfrentando a una potencia como la alemana.
Pero el complemento fue otra cosa. Más de lo que se podía esperar, con goles, con remontada a la misma Alemania y con la gloria en la mano por tres hermosos minutos que nos movió el corazón al tope.
Al 57′, la Sele empató el partido con una espectacular jugada. Kendall Waston recuperó el balón por la derecha y salió soplado al marco contrario.
La bola la agarró Joel Campbell, corrió con la bola y vio el carrerón que llevaba Fuller y se la dio. El herediano ganó la línea de fondo, centró hacia atrás y la Torre Waston le metió un cañonazo con la cabeza, que Neuer no pudo contener y el rechazo lo agarró Yeltsin Tejeda para marcar el empate.
El gol descontroló a Alemania, como lo hizo Japón, aunque los asiáticos le dejaron menos tiempo de reacción y, aunque hubo dos postes alemanes, la Sele no se intimidó y buscaba lo que requería: el triunfo.
Y llegó lo inesperado, el milagro, la gloria, efímera sí, pero que la gozamos tres minutos. Un tiro libre lanzado al área por Joel Campbell encontró a Waston, quien prolongó al área. Allí apareció Juan Pablo Vargas con un primer toque de cabeza, la bola fue hacia arriba y cuando iba bajando, metió el pie, anticipando a Neuer al 70′.
La bola ingresó y fue el gol más hermoso del Mundial para los ticos, aunque fue raro y feo. El tico, por la tele, solo vio que la red se abombó y que los jugadores celebraron. El detalle lo apreciamos en la repetición.
Tres minutos de gloria, pero quedaban 20 de juego y era Alemania, la selección que nunca se da por vencida, la que estaba al frente.
El esfuerzo había sido descomunal y la Sele resintió el cansancio, se rompieron las líneas en los minutos finales y fue un partido loco, más de corazón y de agallas, pero con el bloque agrietado.
Entonces apareció Kai Havertz, con una definición solo ante Navas, ya con la defensa partida y cansada, al 73′, y se esfumó la ilusión. Luego apareció otra vez Havetrz, al 84′, para cerrar un centro de Gnabry y poner el tercero.
Costa Rica siguió luchando, pero Niklas Fullkrug puso el cuarto gol, otra vez con la defensa agrietada, al minuto 89, pero con una anotación que no debió valer.
Al final, será el adiós de algunos en la Sele, como Bryan Ruiz (ya retirado), y posiblemente para Celso Borges, Keylor Navas, Óscar Duarte y Bryan Oviedo, pero para otros es un inicio prometedor.