El equipo de Sarchí FC recientemente cumplió un año jugando en la Liga de Ascenso, pero tiene la particularidad que su dueño es José Miguel Cubero, actual jugador de Sporting FC.
Para conocer cómo ha sido la experiencia en esta categoria, conversamos con Cuberito, que nos confesó que durante este tiempo ha recibido consejos de jugadores y hasta dirigentes para que el proyecto vaya en todas.
Sarchí FC originalmente jugaba en la Segunda B de la Liga Nacional de Fútbol Aficionado, pero a la familia de Cubero le salió la posibilidad de comprar la franquicia de Barrio México, por lo que a punta de esfuerzo la adquirireron y ahora que están ahí la meta es llegar a la primera división.
“Despues de 20 años hicimos volver a Sarchí a segunda división, que fue un sueño de mi familia, las personas que estamos en el proyecto y todo el pueblo. No ha sido fácil, es muy bonito y sacrificado, hay que ordenarse mucho la vida, dedicarle tiempo, hacerlo con amor y pasión”, comentó Cubero.
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Parte de esa pasión lo ha llevado a conocer cosas que no sabía y en los últimos tiempos muchas personas le han dado bolados para que el proyecto sea rentable, pero no son cualquiera, el propio José Miguel los describió.
“Sinceramente te lo digo, un ejemplo es Celso Borges, es uno de los jugadores que me ha apoyado y siempre está preguntando; Bryan Ruiz cuando estuvo en La Liga siempre estaba muy atento, me preguntaba qué iba a hacer o a quiénes contrataré, cómo va el equipo, qué hay que hacer o en qué podemos ayudarte.
“En la Liga me dieron el apoyo don Josep, también que en su momento me ha ayudado, lo he llamado para asesoramiento y ahora también que tengo un presidente (en Sporting) que es don Osael Maroto, que bueno, se escucha que puede llegar a la Federación, entonces son personas que les voy a preguntar en su momento, que me pueden asesorar, que uno sabe que son personas de bien”, amplió.
Hace de todo
Otro detalles que pocos conocen, es que Cubero debe dividirse como por 20 para estar en todo para el club y sus entrenamientos, por eso su día lo comienza muy temprano.
“Mi vida de lunes a viernes comienza a las 4:30 a. m. porque es la única forma de cumplir con todo, soy jugador activo de Sporting y me tiene muy ilusionado a los 36 años, he tenido que cambiar algunas cosas por el tema de la recuperación y la edad.
“Después de los entrenamientos con Sporting, viene una planificación del primer equipo de Sarchí, también en temas administrativos, jugadores, entrenadores, patrocinadores, convenios y otras cosas que estamos tratando de hacer bien, como la formación de jugadores jóvenes en la academia que arrancamos con el proyecto hace siete años”, agregó.
Pero tampoco está solo, tiene varios socios que le ayudan a que el equipo vaya como un relojito suizo, incluso su familia tiene un peso importante, como el caso de su papá, que es el delegado cuando hay partidos.
No obstante, el estar en todas debe ir de la mano con la formación académica, detalle al que el jugador le ha sacado el jugo desde hace varios años, como los estudios en mercadeo y ahora va por más.
“Esto del fútbol me encanta, estoy a poco de terminar la licencia A, calculo que en unos tres meses la pueda tener, seguirme capacitando en gerencia deportiva, ya tengo varios cursos hechos a nivel nacional e internacional”, detalló.
Incluso hasta le ha tocado correr para ver las mejengas del equipo y ratificar que debe estar en las buenas y malas.
“Entre semana es sacrificado, pero los fines de semana es más complicado porque habían partidos en donde tal vez yo tenía que jugar y ellos (Sarchí) estaban jugando en ese preciso momento, eso es un nivel de concentración que debo tener en el trabajo”.
Ahora que el equipo está en pretemporada, las corridas para que el equipo esté afinado están a la orden del día, pero confía que en el futuro se verá reflejado, conforme su proyecto vaya creciendo.