Los que hicieron mejor la tarea allí están, San Carlos, Saprissa, Pérez Zeledón y Herediano.
Esos es fútbol, pero también son lecciones de vida, y ese es uno de los importantes ingredientes que tiene este deporte.
Si comparamos a los cuatro clasificados, más Cartago, La Liga, UCR y Carmelita, con el comportamiento de estudiantes a lo largo de un curso lección, allí están las lecciones.
Este lunes los cartagos amanecieron abrumados. Según ellos quedaron eliminados por un gol que no le pudieron anotar al Santos. Los carmelos creen que se jugaron la vida el domingo ante San Carlos, y los manudos, en su centenario, lucharon por vencer a Guadalupe, esperando que la cuerda les dé para hacerse un campito en la Concacaf, mientras los “viejitos” de la UCR festejaron una auténtica hazaña.
Si el certamen fuera un curso lectivo, los tres primeros de la clasificación fueron muy buenos estudiantes, Herediano a mitad de curso entendió en qué estaba fallando, y se puso a estudiar duro cuando aún tenía tiempo y entró a semifinales dejando los pelos en el alambre.
Cartago no quedó eliminado por un gol, quedó fuera por los constantes traspiés o la mezcla de malos y buenos exámenes que hizo cada jornada, nunca fue constante. Se asustaba al estar frente a cada prueba.
La Liga empezó mal, pensando más en la fiesta de los cien años, y al final tuvo demasiadas e inmerecidas oportunidades, no era justo que clasificara. Carmelita se confió en que la nota le daba y tomó malas decisiones, en cambio los universitarios estudiaron hasta altas horas de la noche y ganaron el curso con creces. En fútbol y estudio solo los aplicados celebran.