Un nuevo capítulo al estilo de las películas de terror del temido Freddy Krueger vivió este sábado el jugador argentino Lionel Messi, quien jaló del Mundial en los octavos de final ante Francia sin demostrar su mayor potencial.
Y para colmo de males, a los argentinos los dejó afuera un joven de 19 años, el talentoso Kylian Mbbapé, quien los vacunó en dos oportunidades y le pintó la cara a la Pulga para lograr un triunfo apretado de 4-3.
Francia demostró que está para más y lo confirmó con los goles de Antoine Griezmann al 13 de penal; Benjamin Pavard al 57' y dos de Kylian Mbappé al 64' y al 68'.
Argentina sumó por intermedio de Ángel Di María al 41', Gabriel Mercado al 48' y Sergio "Kun" Agüero al 90'.
Sin la corona deseada
Lionel Messi, el primer futbolista en haber ganado cinco Balones de Oro, aquel que llevó al Barcelona a ganar cuatro Ligas de Campeones y nueve Ligas españolas lo ha ganado todo a nivel de clubes, pero ha sido incapaz de llevar a Argentina a levantar títulos.
Messi podría sentarse y dejar que su exitosa trayectoria hablara por él, con 32 trofeos con el Barcelona y una infinidad de premios individuales. En sus vitrinas solo quedó espacio para una copa, que este sábado se le volvió a escapar. A sus 31 años, ¿se habrá despedido de ella para siempre?
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Cada gol francés fue una locura en San Petersburgo 🇸🇮 #Mundial2018 #Rusia2018 pic.twitter.com/s4pBmIhHnf
— Andres Mora (@morandres8) June 30, 2018
En Catar 2022, la Pulga tendrá 35 años y, si así lo decide, solo podrá mirar de reojo aquella medalla de oro que se colgó en Pekín 2008, su solitario logro con la Albiceleste, a pesar de haber acariciado la gloria en las finales de las Copas América de 2007, 2015, 2016, y del Mundial de Brasil 2014.
Ese será siempre el gran “pero” de la carrera de la Pulga, eso que en el corazón de sus compatriotas hará que se quede siempre como un “Messías” y no se acerque a su “D10S” (Diego Armando Maradona, quien sí levantó la Copa del Mundo en 1986.
“Cambiaría mis cinco Balones de Oro por un Mundial”, llegó a decir. Hasta ese punto le ha perseguido toda su carrera ser incapaz de materializar con Argentina los éxitos del Barcelona.
Tras la penúltima debacle Albiceleste, en la derrota en penales ante Chile en la Copa América Centenario del 2016, Messi dijo: "basta".
El ascenso de la Pulga
El astro argentino tuvo la pelota cosida al pie desde muy pequeño. “Cuando era niño, mis amigos me llamaban para salir, pero me quedaba en casa porque tenía entrenamiento al día siguiente”, comentó Messi hace un tiempo.
Lio vive y ha vivido por y para el fútbol. “El dinero te permite vivir mejor, pero no es lo que me inspira. Yo vivo para jugar al fútbol, no por sus beneficios económicos”, dijo.
Su llegada no fue fácil, ya que fue alejado de su familia y amigos desde los 13 años, así que creció en la adversidad hasta ir derribando todas las murallas que se le pusieron por delante.
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El técnico holandés Frank Rijkaard lo lanzó al estrellato. Rodeado por el talento del brasileño Ronaldinho, del portugués Deco, de los españoles Xavi Hernández y Andrés Iniesta y del camerunés Samuel Eto’o, Messi dejó boquiabiertos a todos desde la primera vez que se vistió la azulgrana con el primer equipo.
“No me considero el mejor, creo que soy un futbolista más. En la cancha al final somos todos iguales cuando comienzan los partidos”.
Su lucha con el delantero portugués Cristiano lo hizo crecer, superarse. Si uno anotaba dos goles, al día siguiente el otro debía hacer tres. Durante más de una década, protagonizaron grandes historias, gestas que difícilmente serán igualadas a corto plazo.