El 13 de setiembre del 2021 el fútbol nacional se estremeció con la noticia del fallecimiento del entrenador Leroy Sherrier Lewis y casi tres meses después la Unafut le nombró como el dedicado del torneo Clausura 2022.
Este jueves, el ente rector del fútbol nacional le realizó el primero de varios homenajes al icónico técnico caribeño que falleció a los 76 años luego de una larga carrera en Tiquicia y en el extranjero.
Su estilo frontal y decir las cosas cómo son lo distinguió, características que destacaron y recordaron este jueves en su nombramiento.
“Su fallecimiento hace algunos meses fue un duro golpe para el balompié nacional, persona que fue frontal y decía las cosas como las pensaba, un hombre que dejó su huella imborrable en el fútbol nacional tendrá su homenaje, reconocimiento y dedicatoria”, destacó la Unafut en un comunicado de prensa.
Sin duda uno de los momentos más recordados de Leroy fue el subcampeonato que alcanzó con Limón FC en 1981, la mejor posición que el cuadro caribeño ha obtenido en su historia en la primera división.
“Con Lewis a la cabeza, Limón realiza la mejor temporada de su historia un año después ganando las tres vueltas de clasificación, la gasolina no alcanzó y cedió finalmente ante un potente equipo Herediano, pero el nombre del estratega se cotizó gracias a su código de orden, juego disciplinado y tremendamente táctico, podría decirse que Lewis fue un técnico nacional que se adelantó en sus lecturas de juego y planificación de partidos”, reseñó Unafut.
Amoa Sherrier, hijo de Leroy, habló un poco del sentimiento de la familia de que le rindan este homenaje, agradeció de parte de ellos y compartió algunas anécdotas de la manera de ver el fútbol de su tata.
“Hay varias anécdotas que papi nos contaba, cuando él entró al fútbol en el 81 con Limón nos dijo que llegó porque era el entrenador más barato en ese momento, no tenía experiencia, solo tenía una escuela de fútbol en Hatillo. Él había hecho un curso con don Iván Mraz y Hugo Tassara, se le dio la oportunidad en Limón y sabemos la gesta que hizo.
“Papi era del pueblo, una vez le pregunté por qué se metió a tal lugar, si era muy feo, se me quedó viendo y me dijo, ‘porque la gente que vive en ese lugar son los que van al estadio y le dan de comer a usted’. Nos mostró su grandeza como ser humano y humildad, él fue jugador, árbitro, entrenador y dirigente, muy pocas personas tuvieron ese privilegio”, dijo Amoa.