La energía y entusiasmo que dejó la agónica y esforzada victoria ante Guadalupe este miércoles caló en el corazón de la afición eriza que, por segunda noche consecutiva, acompañó al León.
La Liga tuvo un entrenamiento abierto a la afición este jueves, a las 7 p.m., en el estadio Morera Soto.
Una hora antes de que se abrieran las puertas, ya había manudos esperando en las afuera de la Catedral con la ilusión de conseguir una foto o un autógrafo de sus ídolos.
Algunos se vinieron en familia, como fue el caso de don Óscar Mena, un vecino de barrio San José en Alajuela que se llevó al hijo, la esposa y un primo de ella para estar de cerca de los jugadores.
“Lo vimos en las redes sociales y nos dejamos venir, me parece una iniciativa buenísima, recuerdo que hace muchos años que la Liga hacía estos entrenamientos a puerta abierta y era un éxito, permitía un ambiente más tranquilo que el de un partido y podías tener contacto de primera mano con los jugadores”, comentó el fiebre.
Esta familia venía para buscar, entre otros, una foto con Ariel Lassiter, el favorito de Santiago, el hijo de seis años de Óscar, que se confiesa manudo desde la cuna y no se pierde los juegos de los rojinegros.
“Yo espero que hagan esto más seguido, es un éxito, viene bastante gente y así los que no podemos venir siempre a los partidos tenemos este contacto con el club y los jugadores”, dijo.
A las 6 p.m. abrieron las puertas de la Catedral y ellos se ubicaron en el sector de graderías este, cuyo primer tramo fue habilitado para que se sentarán los aficionados, así como en platea sur.
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“El chiquitín, desde que salió el anuncio en redes sociales, era el primero que quería venir, nos insistió, pero igual nosotros teníamos ganas. En mi familia todos somos manudos”, agregó.
El entrenamiento empezaba a las 7 p.m. y mientras tanto el León se paseaba entre los aficionados tomándose fotos con chicos y grandes, está noche no traía el sufrimiento de este miércoles ante Guada, acá era todo fiesta.
De 6:15 pm a 6:40 los primeros 20 socios que llegaron fueron los suertudotes de estar en un convivio con algunos jugadores que se realizó previo a la práctica para chinear más a la afición.
Pasaditas las 7 p.m, ahora sí, los jugadores erizos salieron a la gramilla del Morera Soto, se reunieron antes de media cancha y arrancaron el aplauso de sus fiebres.
Uno de los que estaba esperando que todo arrancara era Jason Céspedes quien también llegó con su esposa e hijo a pasarla bonito en la cálida noche alajuelense.
“Creo que esto acerca más a la afición con el equipo , una afición que se ha caracterizado por seguir siempre a la afición adonde vaya, acá se ven grandes, niños, de todo, creo que eso lo hace especial”, comentó.
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Jason aprovecha siempre los partidos y actividades como estas para salir con su esposa Hazel y su hijo David, para ellos ir a ver la a Liga es una tradición familiar
“Después de un partido como el de ayer esto es motivante, se pudo pensar que el partido estaba caído, pero este equipo demostró el carácter que tiene”, destacó.
A la hora de acercarse a los aficionados, Marco Ureña fue el primero que dio el paso, justo antes de arrancar el entrenamiento.
Los aficionados manudos disfrutaron de un monito entre los jugadores y se deshacían en aplausos cuando veían a otros jugadores que tuvieron acción ante Guada como Junior Díaz, Bernald Alfaro y Adolfo Machado pasar cerca de ellos trotando.
Al final fue una noche manuda sin sufrimiento incluido, de esas que siempre quiere ver la afición.