El jugador de Grecia, Allan Alemán, contó una historia en el programa Vis10n que hace que cualquiera que la escuche, le duela la panza de la risa.
El pequeño y pícaro futbolista recordó una vez que andaba de mal portado, hace tiempo, y contó cómo hizo para salirse con la suya.
Alemán dijo que en aquel entonces, lo habían agarrado con las manos en la masa, por lo que la mujer (no dijo el nombre), le exigió que pusiera el celular de él en el medio de los dos y con todo el sonido “para ver quién lo llamaba a esas horas de la noche”.
El jugador, hábil dentro y fuera de la cancha, se metió al baño y decía: “Diosito, ¿ahora qué hago?”, porque él sabía que si ponía el celular en modo avión, la doña se iba a dar cuenta y dejarlo prendido era echarse la soga al cuello.
Allan, después de sudar frío en el baño varios minutos se le prendió el bombillo y salió sacando pecho y diciendo que ahí estaba el teléfono y que él estaba tranquilo porque no iba a sonar en toda la noche.
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Claro, lo que la mujer no sabía era que el muy vivazo le había sacado el chip y se lo había metido en la encía. ¡Y así durmió!
El vacilón termina cuando recordó que al otro día se despertó y se le había olvidado el condenado chip, o sea, pasó a mejor vida...