Mientras que los equipos de primera y segunda división están afinando detalles para llegar puras tejas a la competencia, las barras bravas también le ponen bonito y se entrenan en lo que mejor saben hacer; broncas.
Golpear a los policías y garrotearse con los fiebres rivales, repartir madrazos, invadir canchas, robar banderas, dañar mallas y hacer todo el desmadre posible para que suspendan las mejengas son parte de los “ejercicios” que realizan estas “fichitas” cada vez que tienen oportunidad.
Su “entrenamiento de pretemporada” quedó en evidencia este miércoles, a los 83 minutos, en el duelo amistoso entre Alajuelense y el Municipal Santa Ana, cuando se armó una bronca entre la barra eriza, conocida como la Doce, y la de los santanecos, llamada, “La Banda del Oeste”, que obligó al árbitro Rafael Vega a suspender el partido cuando el marcador estaba 2-2.
Los leñazos empezaron cuando la barra local provocó a la manuda, la cual se enciende más fácil que una cocina de gas. Los fiebres manudos derribaron una malla para caerles encima a los locales y robarles una bandera grande que tenían como señal de “botín de guerra”.
La Teja supo que la barra santaneca está conformada por exmiembros de la Ultra Morada, así que la bronca era cuestión de tiempo. Antes de la mejenga algunos empezaron a pensar que el asunto podría ponerse color de hormiga en cualquier momento y no se equivocaron, ya que para detener la voladera de manazos fue necesaria la intervención de la Fuerza Pública.
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Carlos Hidalgo, vocero del Ministerio de Seguridad Pública, confirmó que no hubo personas detenidas por la sopa de muñeca que repartieron los fiebres en Santa Ana.
“La función de la Fuerza Pública fue detener la situación, aplacar los ánimos y se hizo en forma efectiva, luego ambos bandos se marcharon cada uno por su lado”, explicó Hidalgo.
El vocero comentó que nadie presentó alguna denuncia por daños graves o alguna lesión por lo que el asunto murió ahí.
Como generalmente suele suceder con el tema de las barras, los equipos suelen disculparse, pero las acciones nunca llegan.
“Nuestra posición es clara, rechazamos tajantemente y lamentamos la situación que se produjo en Santa Ana”, indicó de forma breve el presidente erizo, Fernando Ocampo.
La mejenga se disputó en el marco de un convenio de cooperación que la Liga y el Municipal Santa Ana firmaron el mes pasado. El acuerdo por lo visto fue sellado a punta de manazos.