El ver a niños y niñas salir de la cancha con los ojos llenos de lágrimas porque perdieron la ilusión de ser campeones duele en alma, pero es una lección que fortalece el carácter y es necesaria para formar buenos jugadores.
Así lo asegura el entrenador Erick Guevara, de la Academia EG-Puriscal, a quien hoy le tocó consolar a sus pequeños luego de que perdieran 8 a 1 contra el Club Sport Herediano A.
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“Duele bastante porque son niños, llegamos con la ilusión de quedar campeones y nos despedimos en los cuartos de final. Esto es parte del aprendizaje y el proceso que ellos llevan.
“Les dije que hay que trabajar fuerte, no podemos tenerlas todas maduras. Es doloroso que pase esto, pero como les dije a los muchachos, hay que levantar cabeza y seguir luchando por lo que ellos quieren”, aseguró Guevara.
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El entrenador se hizo el fuerte ante los niños, porque sabía que tenía que darles apoyo en momentos tan difíciles.
“Se me parte el alma cuando los veo llorar, yo soy papá y sé lo que duele eso, verlos con esa desilusión es muy duro, pero hay que motivarlos para que sigan luchando, pese a que en la vida no todo es positivo a veces tenemos que caer”, aseguró Erick, quien desde ya está pensando en volver el próximo año al campeonato con más fortaleza y más experiencia.