Desde que el emir de Qatar colocó una túnica tradicional árabe negra y dorada sobre los hombros del recién proclamado campeón mundial Lionel Messi el domingo, la tienda de Ahmed Al Salim está llena y la demanda se ha disparado.
Su empresa familiar, instalada en el popular zoco Waqif de Doha, fabricó el ”bisht” que Messi lució cuando levantó el trofeo en el podio del estadio de Lusail. El recurso a esa prenda en un momento de tanta atención mediática internacional suscitó debate sobre la pertinencia del gesto, pero para muchos en Qatar es motivo de orgullo.
En una época normal, esta empresa, que suministra ropa a la familia real de Qatar desde hace mucho tiempo, vende ocho o diez prendas por día. El lunes, las ventas se dispararon a 150 ejemplares, tres de ellos similares a la túnica de alta gama que se colocó sobre Messi, fabricada con algodón de Japón e hilo de oro alemán, con un valor estimado en unos $2.000 (₡1,2 millones).
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“En un momento hubo decenas de personas que esperaban delante de la tienda. Casi todos argentinos”, cuenta Al Salim, mientras ocho hinchas de la selección argentina se hacen fotos vestidos con el “bisht” y una copia del trofeo entre las manos.
El flujo constante de aficionados seguía este martes y todos ellos celebraban el gesto del emir.
“A todos nos alegró ver eso, era un regalo de un rey a otro”, comentó Mauricio García, que acudió al lugar para probarse la prenda, pero finalmente optó por no adquirirla por su elevado precio.
Algunos comentaristas, principalmente europeos, estimaron que el dirigente catarí no debió cubrir a Messi con el ‘bisht’ porque ello ocultaba en cierta forma la camiseta albiceleste en un momento tan icónico, pero en las redes sociales de los países árabes fue un gesto ampliamente aplaudido.