La semana que recientemente terminó pareció de suspenso, ya que nuestro rival, el Municipal Grecia se negaba a jugar el partido, debio al problema de agua que para muchos es sabido y es un tema que no corresponde ahondar en la columna, sin embargo, en un trabajo de la directiva directiva en conjunto con cada uno de los miembros distintos que avalaron el partido, se dio la luz verde para que se jugara.
Enfocándonos en el partido como tal, veíamos al equipo que quería agarrar el juego, liquidarlo cuanto antes posible y cerrar de buena manera la noche.
Los minutos empezaban a pasar y se notaba a un equipo visita que se había traído a toda la tropa de autobuses de la ciudad, porque tenía el bus completamente metido, hablando futbolísticamente, esto haciendo notar dos cosas: Querían sacar el punto que para ellos era como oro o simplemente estaban esperando para que se fallara en algo, ellos anotar y dejar que pasaran los minutos.
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Y eso fue sucediendo, hasta el minuto seis del primer tiempo, donde Luis Diaz lanzó un remate de largo, de esas bolas que son traicioneras y bastante complicadas, dichosamente para nuestro favor, el arquero visitante la logró tapar, pero en el rechazo le quedó servida al “killer” del área, Ariel Rodríguez, que sabe dónde tiene que estar, aprovechó esos segundos de descuido para soltar las amarras del empate.
Por el minuto del gol y como se veía todo, daba pinta a que sería goleada, sin embargo, a como fue avanzando el partido, se fue diluyendo el ataque, tanto así que estuvo a nada Grecia de aguarnos la victoria.
Dichosamente esto no fue así, al final los tres puntos se quedaron en casa, pero muchachos despierten, porque jamás nos podían pellizcar ni medio punto y aún más en casa, es cierto que somos tricampeones y tenemos 39 copas, pero también es cierto que queremos la 40 y el tetra.
¡Despierten jugadores!
Pablo Montero V.
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