Los amantes del fútbol sabemos que nuestro deporte no es una ciencia exacta, de hecho, defendemos con frases trilladas cuando personas ajenas nos quieren dictar resultados o tachan los partidos con cualquier etiqueta despreciativa; sin embargo, basta con pensar en frío muchas acciones administrativas y deportivas para anticipar, muy en nuestra contra, una catástrofe.
El Deportivo Saprissa, el equipo de nuestros amores, viene sufriendo de un espejismo que solo lo brinda el éxito continuo, el tetracampeonato viene siendo la mejor cosa que nos ha pasado en años, pero también una pésima cortina de humo para la peor crisis internacional que nuestra institución ha vivido en su historia, que se evidenció nuevamente con lo sucedido contra Antigua de Guatemala.
La oración es poderosa y los morados de la vieja guardia podrían atacarme, pero me puedo defender con argumentos económicos, de dirigencia y hasta regionales, que demuestran que nuestro fútbol es aún más superior ahora, que en décadas pasadas y, por ende, ridículos como el de ayer calan tanto en nosotros, los que sufrimos, los que pagamos, los que compramos mercadería y hacemos fila bajo un aguacero solamente para asistir a la grada.
Los responsables son muchos, pero a su vez pocos, están plenamente identificados y su salida de la institución no puede esperar más, ante todo son seres humanos y no merecen el escrutinio público que ahorita están llevando.
Por más irónico y “pecho frío” que suene lo que diré, Saprissa necesita una eliminación en semifinales para limpiar el camerino y reformular la estrategia deportiva. No nos merecemos tantos ridículos y malos tragos, la maldición del éxito es real y somos un vivo ejemplo de ello.
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Yo no quiero un pentacampeonato, quiero un equipo competitivo, con hombres en banca, que den a respetar su nombre en Centroamérica. Envidia de la buena me dan los del Llano cuando veo que ganan y remontan fácilmente en el área.
Basta del verso defensor del rival, basta de actitudes pasivas, queremos un cuerpo técnico con garra y colmillo, y jugadores identificados con la camiseta. La limpia es urgente.