Cuando Francisco Alvarado vio en la casa de su mecánico, hace dos años, una Volkswagen combi 1972 se enamoró a primera vista. Tiempo después ese amor entró en su vida y para siempre.
Francisco, su esposa Melissa y su hijo Alejandro son amantes de los vochos, por lo que antes de adquirir la combi tenían un escarabajo modelo 68, el cual decidieron vender para sumarle unos ahorritos y comprar la micro que tanto les encanta.
“La compramos a finales de agosto. Recuerdo que cuando la vi en la casa de mi mecánico él me dijo que no estaba a la venta. Después de comprarla nos enteramos que estuvo casi un año guardada, ya que por cosas de la vida el dueño no la podía usar.
“El dueño publicó en un chat que estaba a la venta y a mi esposa le gustó mucho. Cuando la fuimos a ver, mi esposa intuyó que era la que necesitábamos, era como si la estuvimos llamando, porque la anhelamos tanto. Gracias a Dios la encontramos en muy buen estado”, detalló.
Alvarado vive en Heredia centro y en su casa cuentan con una colección de modelos a escala en los que predominan los Volskwagen. Su fiebre es tanta que hasta el pequeño Alejandro tiene un Volkswagen eléctrico.
Una joya verde menta
La microbús es verde menta y de ahí viene su nombre: la Minti, el cual fue escogido por Melissa.
“Es un vehículo que se consiguió a muy buen precio (no detalló cuánto le costó). Tuvimos que hacerle algunos ajustes, le cambiamos la bomba de frenos, se ajustaron los compensadores traseros, las rótulas e invertimos en las cerraduras.
“El motor trabaja muy bien y los asientos son negros con detalles en beige, la tapicería es la original, se mandó a traer exclusivamente para este carro”, agregó el orgulloso dueño.
El vehículo tiene espacio para trasladar a nueve personas y según la hoja de inscripción, su tono original era amarillo.
“Nos encanta su diseño y que se puede disfrutar en familia. En la familia tenemos una tradición y es que luego de adquirir un carro, el primer paseo que hacemos es a la basílica de los Ángeles.
“Este año, por la pandemia le pasamos de larguito porque aún los templos estaban cerrados, pero nos pudimos dar una vuelta. Alejandro es uno que siempre nos pide que lo llevemos en la Minti”, dijo este devoto a La Negrita.
A pesar de que tienen poco tiempo con el chuzo, ellos la han disfrutado montones.
Francisco contó que han paseado por Coronado con sus papás, Manuel y Xinia, “porque siempre compartimos con ellos. Nos encantan los paseos al aire libre”, y va más allá, asegura que cuando se sube a su chuzo siente que se devuelve en el tiempo.
“Prácticamente uno cambia la manera de andar, es volver al pasado. Ahorita trabajo desde mi casa, pero si tengo que salir a hacer un mandado me llevo la micro y a la gente le llama la atención por su color, ya que no es común ver un carro con esa tonalidad”. Y la verdad que da envidia... de la buena.