La Liga tomó posesión de un puesto que por años le perteneció al Cartaginés, ser el pato de la fiesta.
Ahora todos los memes, chistes, burlas van dirigidos al León, ya nadie se acuerda del famoso muñeco, ahora todo está relacionado con el fantasma de la 29.
No importa si Cartago gana o pierde, puede hasta darse el lujo de hacer el papelón de ir ganando 3-0 ante la UCR y al final quedar 4-4 sin ninguna consecuencia, sin pasar por el paredón de las humillaciones porque ese lugar lo tiene acaparado Alajuelense.
La Liga se ha encargado en los últimos cinco años de opacar las derrotas brumosas con papelones como el tacazo de McDonald, el engaño de Benito Floro y el fichaje bomba de Esteban Alvarado, hasta están dando cátedra de cómo ser el hazmerreír del fútbol nacional.
Tengo que confesar que al inicio sentía extraño no ser yo el blanco de los chistes, pero rápido caí en cuenta que tenía que aprovechar la situación y sin pensarlo mucho me apunté al vacilón en contra de los manudos.
Nunca he sido antiliguista, aunque desde que nos cobraron una millonada por el portero Alejandro Gómez, mi opinión hacia la institución rojinegra cambió y dije que tarde o temprano pagarían esa jugada tan baja. Claro, jamás imaginé que los intereses serían tan altos.
Eso sí, también estoy claro que Cartaginés no ha aprovechado el momento y si no nos pellizcamos estamos a las puertas de una nueva eliminación, lo único bueno es que pasaría desapercibido porque las burlas apuntarán a otro lado.
Lo que me tiene tranquilo es que la Liga todo lo está haciendo mal y la 30 se ve cada vez más lejos, mientras que en Cartago por fin las brumas se alejan, las penurias económicas se acabaron y estoy seguro que los ansiados días de gloria deportiva están por llegar, la espera ha sido muy larga como para tirar la toalla ahora.
Esta es la primera columna de El muñeco blanquiazul, un espacio para hablar del decano del fútbol nacional.
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