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Un hermoso Nissan Sentra B13 del año 1991 se ha ganado un papel preponderante en las exhibiciones de autos por su estado y su belleza, y tiene una particularidad, y es que para su dueño Alonso Mora es una “ella”.
El hermoso carro es de color amarillo y está en perfectas condiciones, es original, pero debió restaurarlo, pues cuando lo adquirió estaba en muy mal estado, dijo Mora, vecino de Atenas.
“No tiene nombre, pero todo el mundo dice el Sentra, yo le digo la Sentra porque para mí es hembra, me acostumbré a decirle así, por su belleza”, manifestó.
“El carro lo tenía un amigo y vi que tenía turbo, cuando los turbos empezaron como a ponerse de moda. Me llamó la atención y lo compré a un precio accesible”, explicó el hombre de 45 años.
Eso sucedió hace quince años, y hoy en día, Mora no está dispuesto a venderlo por cualquier cosa. Debe ser alguien que le ofrezca un buen dinero, pues también ha invertido mucha plata.
“Cuando lo compré estaba muy mal, la suspensión, las rótulas, las tijereta, los compensadores, los frenos no servían para nada, lo cambié totalmente. Lo único que tiene del día que lo compré es la carrocería”.
Y sin embargo, también ha cambiado al menos el color, pues lo compró blanco y luego lo pintó gris ratón. Sin embargo, explicó que no quedó muy bien pintado y entonces, buscó el amarillo y con ese está contento.
El carro no es de uso diario, es para las exhibiciones, pero está en condiciones de ir a cualquier lugar.
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“Este carro se saca tres veces al mes, cuando hay eventos y cuando se lleva a Riteve mecánica. Está al día y todo le funciona”.
Incluso, tiene una computadora programable, un plus que tiene el carro y que optimiza, por ejemplo, la gasolina. “Ya es económico, pero con la computadora se controla el gasto”.
El motor del carro es un intercooler y su dueño dice que puede pegar unos 240 kilómetros por hora. Al inicio, lo llevaba a los piques en La Guácima.
Por supuesto que el carro llama la atención cuando está parqueado. “El que sabe de carros, sabe el tipo que es este y llama la atención porque está muy bonito, pese a que es del 91. Tengo otro carro y cuando voy a exhibiciones y voy en el otro, detrás, me quedo admirándolo, es que está muy bonito, es un carro bellísimo, quedo enamorado”, dijo.
Así que, si te toca ver a “la Sentra” en una exhibición, recuerde que detrás de su impecable carrocería amarilla hay una historia de esfuerzo y perseverancia, que sigue generando suspiros en cada parada.
