Por suerte para el Real Madrid, el equipo del Levante, su rival de este sábado (1:45 p.m hora tica), tiene uno de los peores ataques de la liga española y la verdadera prueba será cuando se tope con el Paris Saint-Germain, el 14 de febrero.
La defensa del Madrid tiene varias bajas y algunos jugadores están en duda por lesión para el partido del fin de semana, por lo que el técnico Zinedine Zidane tendrá que encontrar una solución antes de encarar a los franceses en el partido de ida, por los octavos de final de la Liga de Campeones.
El Madrid no incorporó a ningún defensor antes del cierre del mercado de transferencias el miércoles, por lo que el campeón de Europa no puede darse el lujo de sufrir ninguna baja antes de enfrentar al potente ataque de PSG.
La situación no debe ser tan complicada frente al Levante, que suma apenas 18 goles en 21 fechas en la liga española.
El capitán Sergio Ramos y el otro central, Raphael Varane, se recuperan de lesiones que podrían marginarlos del partido del sábado. Jesús Vallejo también está lesionado, por lo que Nacho Fernández es el único central en condiciones óptimas para jugar.
Ramos regresó a la alineación para el partido contra Leganés por la Copa del Rey la semana pasada, pero no jugó el sábado ante el Valencia por la liga. Varane se lastimó la rodilla derecha contra el Valencia.
Ambos jugadores se ausentaron de entrenamientos a principios de esta semana, aunque practicaron con el resto del plantel el jueves.
Zidane no podrá contar con el lateral derecho Dani Carvajal contra PSG, debido a una suspensión, y podría utilizar a Fernández en esa posición.
Achraf Hakimi, quien suele reemplazar a Carvajal, tuvo un mal desempeño en la eliminación ante Leganés de la Copa, y otras alternativas para jugar en la defensa son los volantes de contención Casemiro y Mateo Kovacic.
La Liga de Campeones es el único título que el Madrid aspira a ganar esta temporada, tras ser eliminado de la copa y marchar a 19 puntos del líder Barcelona en la liga española.
Sin duda, Keylor Navas tendrá que estar más despabilado que nunca porque su defensa parece un rompecabezas.