El París Saint-Germain anunció este miércoles la contratación de Luis Enrique como nuevo entrenador, en reemplazo de Christophe Galtier, cuya salida del club se había oficializado unas horas antes.
“Supone un nuevo ciclo, una nueva forma de jugar, con uno de los mejores entrenadores del mundo, no por lo que haya ganado, sino por su estilo de fútbol, ofensivo”, dijo el presidente del PSG, Nasser Al Khelaifi, junto al asturiano de 53 años.
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Luis Enrique se convierte en el octavo entrenador del PSG desde la llegada del fondo catarí QSI (Qatar Sports Investments) a la cabeza del club en el 2011.
“Puedo garantizar que trabajaremos como un equipo”, prometió el nuevo DT, deseoso de “conseguir títulos” y quien fue contratado hasta el 2025.
Luis Enrique toma el testigo de Galtier, criticado especialmente por el juego aburrido ofrecido por el PSG en la última temporada.
Cabe recordar que Luis Enrique fue el técnico de España durante el Mundial de Catar, cuando los ibéricos vencieron 7-0 a Costa Rica, partido en el que atajó Keylor Navas.
Fuerte carácter
Este técnico asturiano, apasionado del ciclismo, ya había mostrado su carácter como jugador desde sus comienzos en el Sporting de Gijón, de ahí se fue al Real Madrid y después al Barcelona, donde se convirtió en un ídolo y al mismo tiempo se ganó la enemistad, que aún dura, de los aficionados merengues.
Convocado en 62 ocasiones con la Roja, todavía se le recuerda protestando al árbitro con su nariz rota y sangrando tras recibir un codazo del italiano Mauro Tassotti en los cuartos de final del Mundial de 1994, en el que España se quedó a las puertas de las semifinales.
Tras colgar las botas en 2004, empezó a despuntar como entrenador en el filial del FC Barcelona antes de dar el salto a la élite al frente de la Roma durante la temporada 2011-2012.
Después de brillar en el Celta de Vigo, en 2014 volvió a un FC Barcelona en declive, que por primera vez en seis años había cerrado el curso sin títulos de envergadura y cuyo estilo de juego combinativo parecía agotado. Su llegada al cuadro catalán se dio la misma temporada en la que Navas fichó po rel Madrid.
Manteniendo la filosofía de toque, aportó más verticalidad y consiguió en su primer año la Liga, la Copa del Rey y la Liga de Campeones (2014-2015).
Después de conseguir otra Liga y dos Copas del Rey más, dejó el FC Barcelona en junio de 2017 y un año después tomó las riendas de la Roja.
En la selección, aplicó el mismo estilo que en el Barça y no le ha temblado la mano a la hora de dejar fuera a pesos pesados o llamar a jóvenes jugadores.
Fiel a su máxima de que solo los que están al máximo van a la selección, Luis Enrique fue a la Eurocopa de 2020 sin el emblemático capitán Sergio Ramos, tras un año lastrado por las lesiones.
“Quien vuele, irá a la selección”, aseguraba el entrenador, que en junio de 2019 abandonó el cargo, dejando el puesto en manos de su segundo, Robert Moreno, para atender a su hija Xana, que fallecería de cáncer dos meses después.
En noviembre de 2019, recuperó su puesto y, tras no poder clasificar para la ‘final four’ de la Liga de Naciones de ese año, Lucho llevó al cuadro hasta la final de 2021, donde cayó contra Francia 2-1.
Excéntrico
Esos fueron dos éxitos que sirvieron para impulsar la ilusión en la selección de cara al reto de Catar, que siempre había sido el gran objetivo del seleccionador español.
En la cita mundialista la figura de Luis Enrique llevó al máximo los encontronazos entre defensores y detractores, que no le perdonaron sus “excentricidades”, como dirigir los entrenamientos subido a un andamio, una lista con un solo ‘9′ (Morata), colocar a Rodri de central siendo uno de los mejores mediocentros del mundo o dedicar horas a interactuar con sus seguidores en la red social ‘Twitch’.