En marzo del año pasado, la doctora Ashley Binns se vio forzada a hacer a un lado su karategi (uniforme de karate), para pelear contra el rival más rudo que ha enfrentado en su vida, el covid-19.
La atleta, cinturón negro desde los 15 años y campeona centroamericana de karate en nueve ocasiones, fue asignada para trabajar inicialmente con los pacientes que llegaban al Área de Salud de Pavas con síntomas respiratorios, pero luego quedó a cargo de la coordinación del área de covid-19 en ese centro médico, por lo que desde entonces la bata, las mascarillas, los guantes y la careta han sido sus artículos más utilizados.
Ashley, de 31 años y que se graduó de doctora en el 2016, reconoció que la pandemia provocó un cambio brusco en su dinámica de trabajo.
“Ha sido bonito porque en todas las especialidades nos apoyamos para sacar el trabajo adelante. Al inicio, las consultas eran sencillas, pero con el aumento de casos en Pavas (zona donde hubo un incremento brusco en los meses de junio y julio), el trabajo aumentó mucho y se debieron adaptar otras áreas de la clínica para atender a los pacientes”, destacó.
A causa de la pandemia, Binns tuvo que aprender a entrenar de forma virtual (forma parte de la academia Hagakure), y se mantuvo así hasta el pasado 12 de enero que volvió a los entrenamientos presenciales.
Además, se perdió los Panamericanos que se disputarían en el país el año pasado y que ahora serían en mayo, en Curazao. También tuvo que hacer a un lado su sueño de participar en los Juegos Olímpicos de Tokio, en la que se realizarán competencias de karate por primera vez en unas justas olímpicas.
Con las botas puestas
La doctora recordó cómo ha salido adelante en el manejo de la pandemia.
“En los primeros días se hacían pocas pruebas y se confirmaban si acaso cinco casos diarios. Luego, todo aumentó drásticamente y comenzaron a confirmarse 70 casos un día y otro día 120. Fue un cambio muy fuerte, la demanda era increíble, cada día pedíamos más pruebas porque había que hacerle la prueba a muchísimas personas.
“Luego tuvimos que involucrarnos en el testeo masivo y eso fue parte del aprendizaje. No sabíamos del manejo de la enfermedad, tuvimos que aprender cómo administrar los medicamentos, leer mucho, cómo usar los equipos de protección e ir adaptando los protocolos”, comentó.
Para esta atleta, de las cosas más difíciles con las que ha lidiado durante este último año, ha sido con la gran cantidad de personas contagiadas con la covid-19.
“Muchos se desesperaban y había que ingeniársela para dedicarles el tiempo que se merecen. Eso fue lo más difícil, cuando se dio el aumento brusco de casos. Afortunadamente, la cantidad de casos ha disminuido, aunque pensé que se reportarían más, luego de las fiestas de fin de año, pero la situación se ha controlado bastante”, manifestó.
Ashley comentó cómo es su rutina de trabajo.
“Desde que salgo de mi casa, en Pavas uso mascarilla quirúrgica, entro a las siete de la mañana y me tengo que poner gabacha, botas, un gorro y vamos para adentro. Debemos respetar las burbujas para almorzar y cuidarnos mucho para no contaminar los espacios mientras nos quitamos los trajes. Luego del almuerzo me coloco un traje nuevo y así sigo, hasta las cuatro de la tarde., que salgo de trabajar”, aseguró.
El karate... su mejor medicina
Desde que era pequeña, la atleta vivió el deporte de cerca, gracias a su papá, don Milton Binns, quien le inculcó a ella y sus hermanas la pasión por el deporte.
Ashley es asmática, razón por la cual le inculcaron que debía competir para controlar sus crisis. Empezó con natación, luego jiu-jitsu y a los ocho años comenzó a practicar karate.
“Gracias al karate obtuve becas deportivas, que se dieron durante el gobierno de doña Laura Chinchilla (2014-2018), con eso y con el apoyo de mi familia pude graduarme de médico general. En algún momento quisiera especializarme en medicina de emergencia”, destacó.
La doctora le agradece al karate, porque gracias a este deporte consiguió ser muy disciplinada.
“Con esta enfermedad siempre hay cosas nuevas y hay que aprender a acomodarse, ser proactivo, buscar soluciones a los distintos problemas que se presentan, es muy similar a la forma en la que una debe resolver en las competencias. Me ha enseñado a lidiar con la presión cuando atendemos emergencias y a ser más empáticos con los pacientes”, destacó.