Julio Cascante, jugador limonense de la MLS está de visita en el país junto con su equipo, el Portland Timbers, por lo que en La Teja aprovechamos para hablar con él durante una actividad que se realizó este viernes en el estadio Ernesto Rohrmoser, en Pavas con niños de la Fundación Club Sport la Libertad.
El defensor nos contó un poco de su vida en Estados Unidos y de paso nos dijo cómo ve el amistoso de la Sele de este sábado, precisamente contra la nación que lo recibió para que trabajara.
-¿Cómo ve la mejenga de la Sele este sábado?
Son dos selecciones que están viviendo un buen recambio generacional, eso sí, la de Estados Unidos tiene un poco más de trabajo en ese aspecto que la nuestra, pero me parece muy bien lo que está haciendo Rónald González, porque los jóvenes que están siendo llamados, tienen a la par a muchos de experiencia y eso nos llevará por buen camino.
-¿Cuánto ha cambiado su vida desde que jaló para el norte?
La verdad bastante, a mí me costó porque vivía en un lugar donde había mucho problema, recuerdo que muchos de mis amigos de cuando era pequeño no lograron salir de los malos pasos y algunos terminaron presos y otros ya no están.
-¿Cómo hizo para evitar los malos pasos?
Primero porque Dios siempre está con uno y segundo porque mis padres siempre estuvieron a mi lado para apoyarme, para darme el consejo necesario y llevarme por el camino del bien. También siempre aspiré a crecer y a ser alguien, todo eso pensando que se lo debo a mis padres.
-¿Qué hacen sus padres?
Mi padre es guarda de seguridad en una escuela y mi madre es ama de casa.
LEA MÁS: Costa Rica jugará contra una selección estadounidense novata
-¿Qué más extraña de ellos?
Siempre me hace falta el rice and beans y el patí, pero ya los he podido llevar a Portland en un par de ocasiones y mi mamá sabe que esos días que está en mi casa, la comida de la tierra no puede faltar jamás y gracias Dios ella la prepara de la mejor forma.
-¿Qué fue lo más que le costó cuando llegó a Estados Unidos hace tres años?
El clima, Portland está en un sector hacia el norte de los Estados Unidos y es bastante frío, pero no me asusté y le hice frente a todo, porque sabía que era la única forma de quedarme, crecer, por ello siento que me aclimaté rápido.
-¿Quién le ayudó a no sentirse tan solo?
El hecho de que en el equipo tuvieran tanto latino se constituyó en un tema primordial, pero no puedo dejar de lado que los estadounidenses, desde que llegué, me hicieron sentir muy bien y por eso todo salió bien.
-¿Cómo le fue con el idioma?
Ya eso lo llevaba encaminado, había estudiado lo necesario y ahora con mi esposa que es canadiense, Jessica Luzch, siempre me ayuda para terminar de aprenderlo y a conversar mejor.
-¿Los hijos para cuándo?
En realidad todavía no estamos pensando en eso. Habrá su momento.
-¿Le queda tiempo para el estudio?
Eso siempre lo he tenido claro, estando en Costa Rica pude sacar el bachillerato, luego ingresé a la universidad, pero se detuvo por el traslado a Portland, pero espero tener algo bueno en el futuro para cuando deje de jugar al fútbol.
-¿Cuáles son sus metas inmediatas?
Afianzarme mucho más a donde estoy, pero si puedo decir que deseo llegar a la selección nacional y ganarme un puesto, no pierdo el deseo de jugar en Europa, esto lo digo porque tengo claro que nunca debe existir un techo en la carrera deportiva y aspiro a ello.
LEA MÁS: Jafet Soto cumplió y ya se reunió con Joel Campbell
-¿Qué pasó cuando enfrentó a Zlatan Ibrahimovic?
Primero cuando he tenido que enfrentar a las grandes figuras de la MLS, nunca me he sentido menos y en el caso de Ibra, puedo decir que es muy complicado, porque siempre busca cómo sacarte de concentración de la manera que sea.
-¿Te golpeó, te ofendió?
Hace de todo, te habla, señala y dice: “Yo soy Zlatan, no debes tocarme, no me hables”, y es así desde antes de salir al campo, porque su ego está por encima de todo, busca cómo menospreciar a su rival para ganarle la batalla mental.