Un gol en el minuto 94 sentenció el destino de Japón en el Mundial el lunes, pero luego de eso dieron una lección al mundo entero.
El equipo nipón había dado la sorpresa y en un momento le iba ganando a Bélgica 0-2, pero el conjunto de Roberto Martínez consiguió dar vuelta el resultado y en cuestión de 25 minutos anotó tres goles que dejaron a los de Akira Nishino eliminados de la Copa del Mundo.
Esa derrota demoledora no fue suficiente para quitarle a Japón su ejemplaridad.
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Al terminar el partido, y a pesar de la tristeza, el equipo asiático se quedó a saludar a la afición nipona que había viajado hasta Rusia a alentarlos.
Al retirarse del campo de juego, los pupilos de Nishino también se tomaron el tiempo de hablar con los medios, de limpiar el vestuario que habían usado (el cual quedó impecable) y hasta de dejar una nota a los organizadores que decía “gracias” en ruso.
El conjunto capitaneado por Makoto Hasebe se comportó bien dentro y fuera del campo de juego, ya que fue el equipo que, por primera vez en la historia, clasificó a octavos de final por juego limpio.
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Pero los jugadores no fueron los únicos en dar el ejemplo, los aficionados tampoco dejaron que la tristeza de la derrota ante Bélgica nublara su actuación. Cuando el partido llegó a su fin, se quedaron en el estadio a limpiar la basura que había quedado en las gradas, algo que habían hecho también en los partidos anteriores.