Cuando tenía 15 años a Cristel Sandí la rechazaron en Saprissa, fue un golpe durísimo para una muchacha que iniciaba su camino en el fútbol, pero lejos de derrumbarla eso la hizo más fuerte y casi una década después logró su sueño de jugar con las moradas.
Este martes 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer y Sandí recordó con La Teja sus inicios como futbolista y lo que le ha costado llegar a convertirse en la mujer que es hoy, en medio del rechazo y la discriminación por amar un deporte que antes era considerado de hombres.
“A veces me pongo a pensar en todo lo que he logrado, me falta mucho más, pero me siento feliz, el camino no ha sido nada fácil, por las personas que me cerraron las puertas, pero creo que eso me dio el impulso para seguir trabajando y luchando. Apenas estoy comenzando, estoy joven, hay muchas cosas que quiero lograr”, añadió la exjugadora de Dimas Escazú.
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La extrema o lateral por la izquierda contó que su papá, don Gustavo, la llevó al Monstruo para que hiciera una prueba con las tibaseñas y luego de seis meses, el entrenador de ese entonces, Alejandro Pacheco, les dijo que no seguiría contando con Cristel.
“En ese entonces, Pacheco le dijo a mi tío que no me veía condiciones para jugar y la verdad no era como un plan volver a Saprissa, pero en parte me impulsó el sacarme la espinita por haberme rechazado.
“Creo que fue una de las decisiones más difíciles que he tomado, por lo que me brindó Giovanny (Vargas, técnico de Dimas); el equipo, el cantón, pero sentí que quería jugar en un equipo grande, siento que en Dimas estaba en una zona de confort y quería probar cosas nuevas”, comentó.
Morada de corazón
Cristel tiene 24 años y es escazuceña de sepa. Se crió en Guachipelín con sus papás, don Gustavo y doña Iris, y cinco hermanos y desde chiquitilla le encantaba jugar bola.
“Cuando era pequeña me gustaba jugar en la escuela con los hombres y cuando tenía 15 años me llevaron al Saprissa. Al quedarme sin equipo, un día, estaba jugando con mis amigos, los acompañé a un entrenamiento en el Nicolás Macís y el guarda me invitó a que formara parte de Dimas.
“En realidad no sabía que había un equipo de primera en Escazú y una vez que me incorporé con don Giovanni estuve en la u-15 y u-17 y ya luego me ascendieron al primer equipo. Con Dimas Escazú estuve siete años”, manifestó.
“ Tengo que dar el 100% (en la Sele), porque uno de mis sueños es clasificar y participar en un mundial”.
— Cristel Sandí, jugadora Saprissa.
Sandí, quien ahora vive en Escazú centro, confesó que por años tuvo que aguantarse los insultos de algunas personas que la trataban de marimacha por jugar fútbol.
“Si me lo decían en la escuela me quedaba callada para no darle una preocupación a mi mamá. Si era por la casa sí le decía a ella y salía a regañar a quienes me ofendían”, recordó.
La oportunidad de vestirse de morada le llegó al finalizar el torneo anterior y se animó por revancha y porque se trata del equipo de sus amores.
“Es una motivación muy grande, siempre he sido morada y estar en el club del que siempre he sido fan es un honor. Tenemos un equipazo y eso me motiva más para trabajar por lo que todas queremos, que es el campeonato.
“Cuando mi familia se enteró se pusieron muy felices, cuando les di la noticia se la tomaron muy bien. Todos son muy morados, en especial mi papá y mi hermano Gustavo”, destacó.
Luchando por su futuro
La escazuceña quiere superarse a nivel profesional y personal y por eso está sacando el bachillerato en el Cindea de Escazú y una vez que lo finalice, le gustaría estudiar Educación Física.
La jugadora se levanta todos los días a las 4:30 de la mañana, agarra un bus para que luego pasen por ella y cuando termina el entrenamiento, a eso de las 8 a.m. se devuelve a su casa, hace las tareas del hogar y luego recibe clases y hace una sesión extra de entrenamiento.
“En mi tiempo libre me gusta escuchar música romántica o reguetón, leer sobre filosofía, me encanta ver atardeceres, estar con mis seres queridos y ver películas de miedo”, aseguró.
24
— años tiene la jugadora.
La colocha le dio un consejo a aquellas niñas y jóvenes que quieren ser futbolistas.
“Les diría que no se rindan, por más duro que parezca el camino siempre se puede, que luchen, que trabajen y que no dejen que palabras necias afecten su motivación o lo que quieran lograr, todo con trabajo se puede lograr”, recalcó.