Viviana Chinchilla, volante de Alajuelense, tuvo que sacrificar su trabajo como ingeniera industrial para buscar uno con un horario flexible que le ayudara a seguir jugando fútbol.
Por eso, desde hace dos años, la leona administra un minisúper llamado Cirrí, que se localiza en Cirrí Sur de Naranjo, en Alajuela. Lo hace junto a la también jugadora Raquel Chacón, del Sporting.
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“Decía que era demasiado difícil conseguir un trabajo en el que tuviera flexibilidad de horarios, por los partidos y los entrenamientos, entonces se me dio la oportunidad de alquilar el minisúper. Jamás me imaginé administrar un supermercado. Luego de que renuncié al trabajo para ir a un partido amistoso de la selección nacional, tenía en mente montar con mi padrastro una cancha, pero con la llegada de la pandemia se complicó.
“Es muy duro, a veces esclavizado, pero eso me permite dedicarme a lo que amo, tener la facilidad de ordenar los horarios. Estoy agradecida con Dios porque es una oportunidad que cayó del cielo, me siento contenta porque he podido aprender y me gusta lo que hago con el negocio”, confesó la vecina de Heredia.
Chinchilla tiene 27 años y desde los 15 viste los colores rojinegros. Empezó cuando el equipo era Codea y luego que pasaron a ser Alajuelense.
Juego clave. Este miércoles, Herediano jugará contra Alajuelense, a las 8:15 p.m., en el juego de reposición de la jornada 10. Las florenses deben ganar el compromiso para volver al cuarto lugar de la tabla, puesto que está ocupado ahorita por Saprissa.
- ¿Cómo se la juega para la administración del minisúper?
Somos cuatro personas las que trabajamos acá, Raquel Chacón (jugadora de Sporting), una tía de ella y su hermanastro. Acá deben haber dos personas siempre, porque es el único minisúper en la zona y se llena mucho.
Los entrenamientos son a eso de las 5:30 o 6 de la mañana y mientras entreno aquí quedan otras personas. Llega acá a eso de las 9 de la mañana y a veces estamos todo el día, siempre hay que estar acá, pero así lo podemos sobrellevar y nos ha dejado bien a nivel económico, además a Raquel y a mí nos permite tener flexibilidad y dedicarnos a lo que nos gusta, que es el fútbol.
El local se cierra a las 7 p.m., yo vivo en Heredia y a veces cuando cerramos tarde prefiero quedarme en Naranjo, para no llegar tan tarde a la casa, porque al otro día debo madrugar.
Atiendo clientes, proveedores, acomodamos mercadería, limpiamos, hacemos de todo. Entre Raquel y yo administramos la plata y también nos encargamos de los proveedores grandes.
- ¿Qué es lo que más le duele de no poder ejercer su profesión?
Cuando estaba en Codea conseguí una beca y me gradué como bachiller en ingeniera industrial, se relaciona un poco con la administración, es una carrera que abarca muchas ramas.
Me hubiera gustado trabajar en mi profesión, pero por el fútbol ahora no es posible, por los horarios de los entrenamientos y los partidos. Espero algún día poder volver a trabajar en esta profesión.
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- ¿Cómo define el buen momento por el que pasa Alajuelense?
Creo que eso es gracias al trabajo que hacen los entrenadores, el profe Wílmer (López, técnico) y la profe Gabriela (Aguilar, asistente), al trabajo en la cancha que se hace día con día, porque pese a que este año hemos estado en selecciones nacionales y muy pocas jugadoras quedan en el CAR, las que quedaban siguen entrenando y creo que eso demuestra que nunca hemos dejado de trabajar, esa constancia, disciplina y unión nos ha llevado a ser el equipo sólido que somos. Gracias a Dios se nos están dando las cosas.
- ¿ Están más presionadas de la cuenta por el tricampeonato?
No creo que sea presión, sí es el objetivo que nos trazamos, desde que quedamos bicampeonas ahí mismo dijimos que íbamos por el tricampeonato y ese es el objetivo, no nos concentramos tanto en el liderato, nos ocupa más el tricampeonato.
Siento que presión no hay, venimos con una buena racha, no queremos perder, pero en algún momento tocará, pero el objetivo está intacto.