La vida del joven jugador del Santos de Guápiles Denilson Mason dio un giro total desde el pasado 31 de octubre, cuando una doctora del hospital Tony Facio de Limón le indicó que tenía cáncer testicular.
Tres días después de ser operado con éxito, Mason conversó con La Teja para contar todo lo que ha vivido y confirmar que está dispuesto a luchar contra lo que sea para superar este trago amargo.
–¿Cómo se dio cuenta que padecía el cáncer?
El día del juego contra Jicaral, el pasado domingo 27 de octubre, cuando me fui a bañar en la mañana sentí un pequeño bulto en la zona de mis testículos (el derecho) y de inmediato hablé con el doctor del Santos, quien me dijo que me hiciera rápido unos exámenes.
–¿Acudió al hospital de una vez?
No, lo hice días después, porque ese día tenía partido y participé. Incluso nunca me dolió, ni me molestó y si hubiera tenido que jugar el miércoles de ese semana ahí hubiera estado.
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–¿Cuándo fue al médico?
El jueves de la semana pasada llegué al hospital de Limón junto a mi mamá y me hicieron los exámenes. Ahí mismo la doctora que me atendió me informó sin rodeos que tenía cáncer, por lo que mi mamá se puso a llorar y la abracé.
–¿Qué hicieron después?
Salimos a tomar un poco de aire y a caminar para relajarnos un poco, porque sin duda era una noticia muy fuerte, pero con Dios de nuestro lado sabía que podía luchar y no darme vencido.
–¿Lo internaron ese jueves?
Sí, me dieron la orden de hacerlo y al día siguiente, a eso de las nueve la noche más o menos me operaron y me quitaron el testículo derecho.
–¿Cuando le dieron la salida?
Desde el sábado estoy en la casa, me indicaron que tuviera bastante reposo y que caminara por la casa porque eso me iba a ayudar y así lo estoy haciendo.
–¿Qué más tendrá que hacer durante la recuperación?
No lo sé, porque hasta dentro de quince días tengo la primera cita, para que me den todos los detalles. Por el momento puedo comer normal, pero nada con exceso de grasa.
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–¿Qué ha pensado?
Lo primero que hice fue poner todo en manos de Dios, sé que mi familia siempre va a estar conmigo y entiendo de lleno que mi salud es los primero, así que solo debo pensar en eso y cuidarme.
–¿Y su carrera?
Para volver haré todo lo que me indiquen los médicos, porque sin salud no tendría posibilidades, pero si debo estar un día, un mes o un año sin fútbol para poder recuperarme totalmente y regresar me aguantaré.
–¿Cómo se dio la conversación con Erick Marín, un jugador que pasó por lo mismo que usted?
Cuando supe lo que tenía le pedí a mi compañero Steven Williams que me ayudara a localizarlo y así pude hablar con él.
–¿Qué tipo de consejos le dio Marín?
Lo primero que me dijo es que pusiera todo en manos de Dios, luego que todos los días tenía que levantarme cien por ciento positivo y que entendiera que era una lucha muy fuerte y dura. Me recalcó que con mente positiva se enfrentaba mejor.
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–¿Le habló algo de la quimioterapia?
En realidad sí y me explicó que es un momento duro, pero estoy dispuesto a enfrentarla de ser necesario. De momento a mí no me han mencionado nada sobre el tema, pero soy obediente y si hay que recibirla lo haré con la mente puesta en la idea de que eso me ayudará a curarme.
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–¿Cuando va a conversar en persona con Erick?
Sé que por ahora no se puede, porque él sigue recuperándose, pero los dos estamos dispuestos a vernos pronto dentro de una cancha, porque ese es nuestro deseo y Dios nos va a dar ese regalo. Debo agregar que hablar con Erick fue formidable.
–¿Cómo asume todo lo que le ha pasado en tan corto tiempo?
He pasado momentos muy difíciles en mi vida y este es uno más. Hace diez años perdí a mi papá y como familia nos unimos para seguir adelante. Dios siempre ha estado con nosotros y hoy también, soy muy creyente y así lo siento.