En la carrera deportiva del argentino Ignacio Pussetto todo ha sucedido muy rápido, ya que pasó del humilde club el Rafaela a ser la gran figura del Huracán.
Luego se transformó en la venta más cara en la historia del club che, ya que lo vendió al Udinese de Italia por 8 millones de euros.
Nacho no solo cumplió su sueño de jugar en Europa, sino que tiempo después el Watford soltó 20 millones de euros para llevárselo a Inglaterra, donde con apenas 24 años sueña con continuar creciendo.
Ese crecimiento se lo confirmó al diario Olé al recordar la proeza de haberle ganado nada más y nada menos que al Liverpool de Jürgen Klopp para quitarle un invicto de 44 fechas y revelar un detalle que marcó la diferencia para esa hazaña.
El logro ocurrió en la jornada 28 de la Premier League, el 29 de febrero de este año. Ese día, Pussetto solo jugó ocho minutos pues ingresó por el senegalés Ismalia Sarr al 82, pero el tiempo fue suficiente para ser parte de la historia.
Después de eso solo se jugó una fecha más, pues desde el 9 de marzo no se volvió a jugar en Inglaterra debido al coronavirus, por lo que restan 10 jornadas.
–¿Fue un sueño también el 3-0 ante Liverpool y cortarle el invicto de 44 partidos?
-Sí, fue superimpensado. No veníamos en un buen momento, con varios partidos sin ganar, pero también sabíamos que Liverpool tampoco venía bien: había perdido en Madrid en la Champions y de local no le pudo ganar al West Ham...
Entonces tratamos de aprovechar eso. En la semana previa se vivió algo muy lindo que por ahí uno jugando en la liga italiana, cuando tenía que enfrentar a un rival de esta categoría, estudiaba más al equipo, trataba de enfocarse... Acá nos enfocamos, pero dos días antes del partido contra Liverpool hicimos una sesión de yoga y nada más. No entrenamos. Nunca me había pasado, fue distinto, pero hizo que nos uniéramos más.
–¿Me estás diciendo que la clave para ganarle al equipo más poderosos del mundo fue hacer yoga?
(Se ríe) fue la primera vez que me pasó, nunca habíamos hecho eso acá. Es verdad que las cargas también habían sido altas en esa semana, veníamos fatigados y se decidió hacer eso, algo de estiramiento grupal y nada más. Y sirvió muchísimo, dio resultados.
–Bueno, entonces a partir de ahora habrá que hacer yoga antes de jugar contra el Manchester United, el City, etc...
(Más risas) Creo que fue por cómo veníamos, porque el dar descanso al cuerpo nos ayudó. Hizo que estuviéramos tranquilos, que tomáramos el partido con la misma personalidad, pero de otra manera. Quedó demostrado.
–¿Qué recuerda de ese día?
No soy tanto de acordarme en la previa de lo que viví, sino que me enfoque en hacerlo de la mejor manera posible. Es normal tener nervios, pero me gusta dejar eso de lado. Cuando me tocó entrar en el segundo tiempo quería correr para todos lados, quería que me pusieran ya.
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Y eso hice entre diez o quince minutos y corrí lo máximo que pude para dar una mano. El resultado era favorable para nosotros, aunque Liverpool en ese momento trataba de descontar y nosotros estábamos replegados.
–¿Qué jugadores le llamaron la atención del Liverpool?
El que más me llamó la atención por su físico y por su presencia fue Van Dijk, es una bestia. Lo ves y decís: “¿cómo puede jugar al fútbol con lo grandote que es?”. Después me sorprendieron Salah, Mané, Firmino... Son jugadores que están demostrando que están en un gran nivel, que llevaron a Liverpool a tener un invicto enorme.
–¿Cambió alguna camiseta?
Tuve la posibilidad de cambiarla con Salah apenas terminó el partido. ¡Justo me quedó al lado! Mi viejo siempre me dice que cambie camisetas. Yo no soy de romperle a nadie, la cambio por ahí con los chicos argentinos porque me gusta tenerlas en mi casa.
Y bueno, ese día, en medio de la emoción, me quedó al lado y le dije, en italiano... Él jugó en Italia, entonces le pedí si podíamos cambiar la camiseta y me dijo que sí, que en el vestuario me la daba. Así que yo mandé mi camiseta y él me mandó la suya, la verdad me sorprendió porque el partido para ellos había sido negativo y sin embargo él tuvo esa gentileza.
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–O sea, esto quiere decir también que Salah tiene una camiseta de Pussetto...
(Risas) no sé, yo creo que la tiene... Yo la mandé y la mía no volvió. Al menos no la devolvió. A lo mejor se la quedó algún utilero, qué se yo. A mí la verdad eso me interesó muy poco, yo solo quería su camiseta.
–¿Cómo ha pegado el virus en Inglaterra?
Teniendo en cuenta lo que pasó en Italia y en España, en Inglaterra empezó todo tarde. Mientras en esos países empeoraban las cosas acá seguía funcionando todo normal, la gente iba a trabajar y aún había turistas en el centro de Londres.
Creo que en un momento se dieron cuenta de que tenían que cambiar. Ellos querían que, como lo dijo el Primer Ministro, la población se fuera infectando de a poco para no colapsar el sistema de salud y así seguir con la actividad económica, pero se vieron colapsados y tuvieron que tomar las medidas que se tomaron en todo lados.