No es común ver un toro en las calles de Ciudad Quesada y que todo el pueblo quiera detenerlo para saludarlo.
Esto es lo que le pasa ahora a Juan Vicente Solís cada vez que sale a caminar, gracias a los cuatro goles que marcó el delantero ante el Santos en la victoria 5-1 que consiguieron los norteños el miércoles en Guápiles.
El oriundo de San Jorge de Cutris en San Carlos es el primer jugador de los toros desde que llegó a la primera división en abril de 1966, que consigue un póker.
Antes de esta hazaña Juan Vicente había conseguido marcar tres veces en una sola mejenga, pero jugando con la UCR frente a Belén.
“Si la verdad es que en estas pocas horas que han pasado en el cantón me cuesta caminar porque todos me detienen para que les explique cómo es que lo hice, para pedirme una firma o para tomarme una foto”, comentó Solís de 31 años.
Precisamente a nosotros nos pasó lo mismo, nos topamos a Juan Vicente en la calle y aprovechamos para entrevistarlo.
–¿Es cierto que estaba deseando anotar por un motivo sumamente especial?
Sí, claro porque desde hace dos semanas a mi esposa Silvia Alfaro le indicaron que seríamos padres por segunda vez y eso es una bendición de Dios.
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–¿Empezó a pulsear más que nunca un golcito?
En el juego contra Pérez Zeledón lo intenté con todas mis fuerzas, pero no lo conseguí, pero este miércoles cuando supe que iba como titular me entregué todavía más y por dicha se dio, por eso lo celebré de la forma que todos los vieron (se metió una bola debajo de la chema).
–¿Quiénes integran su familia?
Mi esposa es Silvia Alfaro López y mi hija de 10 años, Nikol Solís Alfaro.
–¿Que le han dicho los aficionados en estos días?
Que no pare de hacer goles porque quieren ver al equipo campeón, pero sobre todo que este sábado pueda meter uno o dos al Saprissa y la verdad es que si puedo jugar los voy a buscar otra vez igual.
–¿Es cierto que casi llora cuando se le dio la noticia de que era el primer jugador de los Toros en anotar cuatro goles?
La verdad usted me lo dijo el miércoles pasado en el estadio y sentí una alegría tremenda porque creí que alguien ya lo había conseguido y por un momento me costó hablar y los ojos se me llenaron de agua de felicidad.
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–¿Sus papás le han dicho algo?
Yo casi todos los días me escribo tanto con mi mamá, Xinia Brenes Muñoz, y con mi papá, Juan Vicente Solís Méndez, me llenaron de bendiciones y siempre me dicen que no deje luchar por lo que quiero y así he tratado de hacerlo siempre
–¿En San Jorge de Cutris, es cierto que mejengueaba con los más grandes cuando era chiquillo?
Curiosamente cuando salí de la escuela eso se dio, yo tenía 12 años y siempre jugaba con amigos mayores y por eso rápido llegué a un equipo que se llamaba Deportivo Ferry, de Terrón Colorado, en segunda B y poco tiempo después ya pude ingresar a las ligas menores de San Carlos porque este equipo lo llevo en el corazón.