Joshua Parra está jugando el partido más importante de su vida y va ganando por goleada, ya que va superando los duros pronósticos de los médicos luego de sufrir un accidente en moto el 27 de agosto en Guatemala, del cual salió vivo de milagro.
El exjugador del Deportivo Coatepeque conversó con La Teja y detalló el proceso para recobrar sus viejas costumbres, dejar atrás las secuelas por el fuerte golpe en la cabeza y la herida en la pierna derecha, que por ahora, lo tienen alejado de las canchas.
Quiere demostrarle a la vida que a punta de esfuerzo y el apoyo de su familia está rompiendo los duros pronósticos que los especialistas dan cuando una persona sufre un accidente de esa magnitud.
El joven de 22 años entre las secuelas que tiene es que repite muchas frases, sufre cambios repentinos de humor, problemas de la vista por reflejos, no recuerda completamente nombres y ya empezó a recuperar la audición en el oído derecho, a pesar de que se creía que lo había perdido por completo.
Algo que le tomará más tiempo de asimilar es el miedo a las motocicletas, ve una y le da un pavor, eso le sucedió en su casa porque su hermano tiene una y al principio fue de terror.
“Eso es lo peor, llegando acá los primeros días fue lo más complicado, al ver la moto de mi hermano, me da mucho miedo cuando él sale y molesto a mi mamá para que lo llame, para que venga ya, porque no me podía quedar tranquilo, estaba nervioso, no dormía y pensaba en muchas cosas, hasta que él estuviera acá me tranquilizaba”, contó.
Lo que sí tiene claro es que nunca más se volverá a montar en una moto en su vida.
Además, le tienen regulado el uso del teléfono para evitar que le genere dolores de cabeza, porque esto impide que el cerebro se desinflame.
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Motivado al tope
Una de las cosas que lo tiene motivado es llevar el proceso de recuperación al lado de su familia.
“Muchísimo, eso de venir a Costa Rica, que fue por decisión de mi mamá, fue muy bueno, el hecho de estar con ellos, me cuidan, lo hemos llevado muy bien, más que quedé con algunos miedos y con su apoyo me siento más seguro”, contó.
Del accidente no recuerda absolutamente nada, solo los instantes antes del hecho cuando cenaba tacos a unos 400 metros de la casa con sus compañeros de camerino y luego tiene recuerdos hasta que abordaba el avión que lo traería a Costa Rica, lo que conoce del incidente ha sido por su mamá.
De Guatemala extraña el fútbol y sus compañeros, como los ticos José Alvarado y Luis Diego Rivas que se convirtieron en sus hermanos por el apoyo incondicional que le dieron, pero gracias a la tecnología sigue los partidos de su exequipo, Deportivo Coatepeque.
“Sí, me toca apoyar al equipo y los veo con mucha emoción, pero también miro otros partidos de Europa porque es lo que me apasiona y me ayuda a despejarme de todo lo que me pasó”, recalcó.
Mucho apoyo
Luego del accidente, una gran cantidad de futbolistas del balompié chapín y costarricense lo han llamado para conocer su estado y espera pronto verlos para agradecerles.
“Muchos me han puesto mensajes para saber cuándo pueden venir, pero por temas médicos aún no me lo permiten, pero ya llegará el momento indicado”, citó.
Entre los nombres de jugadores que recordó que le han escrito están Guillermo Villalobos, Johan Venegas, Cristian Reyes y Reimond Salas.
Mamá orgullosa
Para su mamá, Magdaly Mesén, esto ha sido un milagro, porque como contó en entrevistas anteriores a La Teja, se esperaba otra situación.
“La vida nos ha cambiado a toda la familia y hoy podemos contar otra historia, ya que se cumple un mes del accidente y tenerlo aquí, abrir los ojos y saber que está en el cuarto de la par es darle gracias a Dios por la oportunidad, pudo haber sido peor, son muchos sentimientos encontrados, Dios le dio una segunda oportunidad y nos ha unido como familia.
“El poder de la oración, muchos se unieron por él, estamos claros que esa acción cambia todo y seguiremos ayudándole en esta recuperación”, dijo.
Desde ese entonces, Joshua superó tres hemorragias y en medio de su mirada llorosa de felicidad, contó cómo ha derribado los pronósticos de los médicos, que no caben del asombro con sus avances.
“Cuando lo llevamos al médico acá en Costa Rica, nos dijo que lo mostrado en los exámenes no coincide con la persona que tiene al frente, porque dijeron que con ese diagnostico, debía estar en una silla de ruedas y hasta habría perdido el habla”, agregó.
Ahora seguirán el proceso con calma y acatarán las indicaciones de los especialistas, aún no hay un tiempo estimado para su recuperación total, pero se aferrarán a Dios para llevarlo de la mejor forma.