Los terrenos donde se construyó el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Alajuelense no eran propiedad de la familia de Joseph Joseph, vicepresidente de la Liga, como lo había dado a entender el mismo dirigente.
Según una investigación del periódico La Nación, en su edición digital de este 4 de noviembre, son terrenos comprados por una de las sociedades del vicepresidente manudo y, solo por los terrenos del CAR pagó más de $3,8 millones, que en el 2017 superaban los ¢2.300 millones.
O sea, lo dicho por Joseph Joseph a ESPN en mayo de este año, de que eran terrenos familiares en desuso, no es cierto.
“Es un terreno de la familia que no iba a tener uso durante varios años y por eso lo cedimos para esto. El contrato es por diez años, sin embargo estamos hablando para extenderlo, es cierto que quizás no pertenece a la Liga, pero fue construido para la Liga”, contó a ESPN Costa Rica en mayo del 2020.
Documentos a los que tuvo acceso La Nación indican que las cuatro fincas fueron adquiridas entre el 2016 y el 2017 y fueron unidas en una sola con la intención, desde su compra misma, de construir un complejo deportivo.
El empresario ha sido clave en el buen caminar manudo a nivel financiero en tiempos de pandemia, aunque Alajuelense haya querido ocultarlo.
La Liga le respondió a La Nación que el único aporte de Joseph Joseph era el préstamos del CAR, pero se olvidaron de mencionar el resto de la historia.
“En junio del 2020, Alajuelense le debía ¢530,5 millones a la empresa Mundo Ofertas del Este S. A.”, dice el reportaje.
“Lo que no se detalla en tales documentos (el informe a los socios) es que Mundo Ofertas del Este S. A. es una de las varias empresas de Joseph Joseph”, añade la publicación.
Alajuelense le debía, en el 2020, 530 millones de colones a esa empresa, pero se desconoce si la deuda sigue o ya fue cancelada.
Nadita de deudas
Según el reportaje, Alajuelense se declaró en marzo de este año libre de deudas. Una situación que el presidente de Alajuelense había calculado, siete meses antes, que tardarían cuatro años para quedar en cero.
“El Alajuelense que se veía limitado para hacer contrataciones, debido al pago mensual de $97.700 producto de deudas (según el gerente deportivo de Alajuelense Agustín Lleida en julio del 2020) quedaba libre de esa carga”, dice la nota periodística.
“Un club que en junio del 2019 no tenía ni para comprar paños y menos para arreglar una máquina de hielo, no solo había conformado un plantel lleno de figuras, con la incorporación en plena pandemia de Bryan Ruiz, Marcel Hernández y Johan Venegas, sino que había saneado su situación crediticia. Y aún faltaba fichar a “Pipo”, Celso Borges y al panameño Gabriel Torres”.
‘Buenos negociadores’
La Nación le preguntó en aquel entonces a Ocampo, ¿qué hizo Alajuelelense para salir de las deudas? y el presi manudo contestó que redujeron los gastos y se aumentaron los ingresos con venta de jugadores, crecimiento en venta de camisetas y otras mercancías, incrementaron los patrocinadores y que hubo una renegociación clave de derechos de transmisión televisivos. Todo en plena pandemia.
Según el último informe del club a sus socios, en junio 2020 la Liga aumentó 2.7 veces los ingresos por transmisiones con un contrato hasta el 2024.
Luego mencionaron la firma de un contrato de opción con Repretel hasta diciembre del 2030.
Tanto Ocampo como Enrique Morúa, tesorero de Alajuelense, han negado que Joseph o su familia hicieran aportes para sanear las finanzas del club.
Pero, además de Mundo Ofertas del Este S. A., la acreedora de los ¢530,5 millones, otra de sus sociedades, Mundotelas S. A., es la propietaria de los terrenos del CAR, en Turrúcares de Alajuela.
La Teja hizo la gestión con prensa de Alajuelense para que Fernando Ocampo se refiriera a la investigación de La Nación. Aún no hay respuesta.