La final de la Champions League entre el Liverpool y el Tottenham estuvo llena de emociones, que se desataron especialmente tras el silbatazo final del árbitro que confirmó el triunfo de los rojos.
Uno de los momentos más conmovedores lo protagonizó el capitán del equipo que entrena Jürgen Klopp, Jordan Henderson, que acudió a un extremo del césped del estadio Wanda Metropolitano para fundirse en un sobrecogedor abrazo con su tata, Brian.
La familia Henderson vive momentos de amargura porque Brian tiene cáncer de garganta y se encuentra en tratamiento.
El señor se desplazó hasta Madrid para ver la final de su hijo, y al cierre pudieron celebrar juntos el triunfo que se le había negado un año antes al Liverpool. Jordan Henderson abraza a su padre y no puede contener un llanto lleno de emoción que le pone los pelos de punta a todos los que lo ven.
El heredero
Henderson recibió de manos del presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, el trofeo de la Liga de Campeones, la sexta en la historia del club de Anfield.
Henderson fue el último en subir al escenario. Uno por uno, los jugadores del Liverpool recogieron las medallas del campeón. Previamente también lo hicieron los del Tottenham, reconocidos como finalistas.
La copa fue transportada hasta el escenario por los exjugadores Ian Rush del Liverpool y Ledley King, del Tottenham. El capitán Henderson, como manda el protocolo, elevó el trofeo al cielo de Madrid. Después, la euforia se desató en el podio, con todo el plantel de Jurgen Klopp con la Copa en sus manos.
Sonó el himno del equipo después, el cual fue coreado por los miles de aficionados ubicados en uno de los sectores del estadio y al que acudieron todos los jugadores para iniciar la celebración. De Steven Gerrard en 2005 a Jordan Henderson en 2019.
Pachangón
¡Una marea roja! Decenas de miles de aficionados desfilaron este domingo por la tarde por las calles de Líverpool para festejar el título conseguido el sábado por la noche en Madrid.
El entrenador Jürgen Klopp y los héroes pasearon mostrando la Orejona en un desfile de varios kilómetros por el centro de la ciudad que vio nacer a los Beatles, debía conducirles hasta el frente marítimo de la ciudad.
“Simplemente queríamos vivir el ambiente. Hemos esperado tanto tiempo; mi hija tenía dos años la última vez que ganamos”, declaró Mark Hodgett, de 47 años, acompañado por Keira, de 16.
“Solo estar aquí es extraordinario. El ambiente es increíble”, añadió la joven.
Aleisha Tipton, de 23 años, viajó desde la cercana Cheshire para asistir al desfile triunfal, tal como lo había hecho en 2005. De hecho muestra con orgullo una bufanda conmemorativa de aquella victoria.
“Lo estoy saboreando más esta vez, porque entonces solo tenía nueve años”, dice bajo un cielo que deja caer gotas de agua de vez en cuando. “Puede llover todo el día, nos da igual”, exclama.
Los hinchas del Liverpool no esperaron a la tarde del domingo para festejar el título, ya que muchos de ellos comenzaron los festejos tras el partido y siguieron durante toda la madrugada y vestidos con la mítica camiseta roja de su equipo.