Cuando Jonathan McDonald era un niño y su papá, don Jasper, lo llevaba a ver los partidos de la Liga al estadio Alejandro Morera Soto, el chiquillo se ilusionó con la oportunidad de un día jugar en esa cancha.

Meta que no solo consiguió sino que ha ido escribiendo una historia que cada vez le agrega capítulos llenos de éxito.

Este domingo, ante su víctima favorita, el Deportivo Saprissa, el cuadro al que le ha anotado más goles en la primera división, 16 pepinos, el Bigmac llegó a los 111 goles como liguista e igualó en el segundo puesto nada más y nada menos que al señor que le dio nombre al estadio rojinegro.

Los goles del atacante se reparten entre campeonato nacional con 103, torneos de Concacaf 6 y torneo de copa nacional con dos. Por su parte el Mago del Balón los hizo todos en el torneo nacional.

Hablar de Alejandro Morera Soto es hablar de la Liga, en el estuche manudo reposa el corazón del máximo ídolo en la historia de los alajuelenses.

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Con todo eso de por medio se entiende porque cuando el rasta a los 68 minutos anotó la emoción le ganó y soltó algunas lágrimas, él mismo describió el golazo.

“Desde que rematé uno nota cuando lo hace bien, cuando vi que iba entrando hasta yo mismo grité ‘no’ de la emoción que va a entrar, es uno de los goles más lindos que he anotado en mi carrera", explicó el atacante.

“Estoy muy agradecido con Dios, con mi familia, con mi papá, que desde pequeño me puso a ver jugar a la Liga, me traía al estadio y me dijo que si yo soñaba con esto lo podía alcanzar. Mi esposa, mis hermanos, hay mucha gente atrás de esto que con llamadas y aliento siempre ha estado ahí, esto no es solo mío, también de mis compañeros”, agregó.

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Brillante

Como si fuera un león que está en todas para ir a cazar a su presa, la melena de McDonald lucía más brillante que nunca este domingo, no solo por porque se tiñó rubio la parte baja de sus trenzas, sino porque como tantos otros días contra los morados el hombre andaba inspirado.

Al Bigmac los clásicos son momentos que han determinado su carrera tanto para bien como para mal.

“Esto me sabe muchísimo porque en momentos contra ellos (Saprissa) me han querido destruir, desbaratar, ya sea la prensa, la gente, alcanzar esto y anotar hoy es quitarse toneladas de cosas que he debido cargar”, destacó con sinceridad.

El gol de este domingo además lo consagra como el máximo goleador en la historia de los clásicos con una sola camiseta, superando a Evaristo Coronado que marcó 15 con los tibaseños.

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En el momento de la anotación otro que tragó grueso fue don Jasper, porque él más que nadie sabe todo lo que ha pasado su hijo, por lo que el día que empató al máximo ídolo rojinegro en el goleo no se trataba de uno cualquiera.

“Es un gol que se había estado trabajando, soñando, esforzando mucho por conseguirlo, en la familia todos sabemos lo que significaba, por eso lo habíamos hablado. El mismo carácter que muchos le han criticado a Jonathan es el que ha usado para lograr todas estas cosas”, indicó su padre.

Con 30 años, cumplirá 31 en el 28 de octubre, el atacante todavía tiene tiempo para hacer más grande su leyenda en Alajuelense, pero es claro que su legado ya está lleno de récords.