En la cancha del amor y del fútbol, Joaquín Hernández, jugador mexicano de Herediano, y su esposa, Naomi Mondragón, quien entrena con Arenal Coronado, tienen claro que el juego en equipo es clave para la victoria.
Esta pareja de futbolistas no solo comparten la pasión por la pelota, sino que también han construido un matrimonio donde cada pase, cada jugada y cada gol los une más. En este San Valentín, nos cuentan cómo ha sido su partido más importante: el de la vida juntos.
Flechazo a primera jugada
Todo comenzó con una “asistencia” en redes sociales.
“Joaquín me siguió en Instagram y por ahí empezamos a hablar cuando teníamos 18 años”, cuenta Naomi.
La conversación fluyó y pronto coordinaron su primer encuentro en Monterrey.
“Fue una cita a ciegas porque no nos conocíamos en persona, pero había un amigo en común que nos recomendó a ambos”, recuerda con una sonrisa.
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Ella es de Monterrey y él jugaba con Rayados, pero es de Ciudad Juárez.
Ese primer encuentro fue como un pase filtrado perfecto.
“Nos gustamos de inmediato, hubo un flechazo desde el inicio. Pero en ese momento él estaba con la Selección de Estados Unidos y viajaba mucho. Nos separamos por un tiempo, luego volvimos”, asegura Naomi.
Recordemos que Joaquín es mexicano-estadounidense.
Tiempos extra
El matrimonio es un juego de resistencia y estrategia, y ellos lo saben bien.
“Llevamos ocho años casados y hemos tenido que aprender a jugar en equipo para superar los momentos difíciles”, confiesa Naomi.
El mayor desafío ha sido la distancia que a veces los ha separado.
“Al principio era muy difícil no poder estar allí para apoyarlo. Pero con el tiempo aprendimos a manejarlo, a confiar.”
Uno de los momentos más difíciles fue cuando Joaquín tuvo que irse a jugar al Atlante de México, mientras Naomi se quedaba en Estados Unidos arreglando una papelería.
“Fueron seis meses duros, pero aprendimos a valorar más nuestro tiempo juntos. Ahora, cada momento en familia es un golazo.”
El clásico del amor
Para esta pareja, el Día de San Valentín es como el clásico del amor, no pasa desapercibido.
“Siempre nos damos un detalle, él me sorprende con algo bonito y salimos a cenar o hacemos una comida especial”, dice Naomi.
Y ahora que tienen a su pequeño Mariano en sus vidas, las celebraciones se volvieron un tridente de ataque.
“Siempre lo incluimos en nuestros planes, es nuestra mayor alegría. Verlo crecer y compartir estos momentos con él hace que todo valga la pena.”
Juego en pareja
Si su relación fuera un sistema táctico, ¿cómo jugarían? Naomi lo tiene claro: “Somos un equipo comunicativo y bien centrado, con ofensiva y defensiva a la vez. Unidos y con muchas perspectivas hacia el futuro.”
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Y si hubiera que describir el gol que los unió, Naomi no duda: “Fue un gol de suerte, como esos que te dan un campeonato. Una jugada inesperada, pero que nos llenó de felicidad.”
Por supuesto, en este equipo hay un capitán y un goleador.
“Yo soy la capitana y él el goleador”, dijo. “Cada uno tiene su rol, pero lo importante es que siempre jugamos para el mismo equipo.”
El himno del amor
Si pudiera dedicarle una canción a Joaquín, Naomi elige “Te Regalo” de Carla Morrison. “A veces, cuando él se queda sin fuerzas o sin energía, yo le regalo la mía”, explica con ternura.
Su amor ha resistido cambios, distancias y retos.
“El cambio de Guanacaste a Heredia fue un ajuste, pero ya estamos acostumbrados porque somos de ciudades grandes. Vivir en Guanacaste fue como desintoxicante, un relax. Se puede disfrutar de ambos ambientes en familia.”
Como en un partido de fútbol, su historia está llena de momentos inolvidables, pero hay uno que sobresale y Naomi lo dice sin titubear: “El nacimiento de nuestro hijo Mariano. Sin duda, el gol más hermoso de nuestras vidas.”
Naomi y Joaquín tienen claro que su historia no es solo un romance, sino un juego donde cada día se juega con pasión, esfuerzo y trabajo en equipo.
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Hay momentos difíciles, pero también victorias que celebran juntos y en este Día de San Valentín, su mensaje es claro: “El amor es como el fútbol, si juegas en equipo y con el corazón, siempre puedes ganar.”