Cuando a Jeaustin Campos lo nombraron técnico del Blooming de Bolivia, el pasado 1 de junio, no se llevó solo a su asistente, Diego Giacone sino también a la famosa saprihora, la cual le ha salvado la tanda más de una vez en el fútbol boliviano.
Desde que debutó en los banquillos como entrenador del Saprissa en el año 2006, Campos hizo suya una dulce tradición morada, la saprihora, la cual nació con Hernán Medford un par de años antes y que ahora Campos exportó a territorio boliviano.
Nada hace más feliz a un saprissista que la famosa saprihora, ya que aparece en ese momento en el que la mejenga está cuesta arriba. Se trata de un gol que suele marcar el conjunto tibaseño en los últimos minutos del juego o en los de reposición, con los cuales rompe en empate o se salva de un derrota al filo de la navaja.
Para Jeaustin, la saprihora significa estar metido los 90 minutos en el partido, sin tirar la toalla y con la convicción de que al cierre se pueden sumar puntos que muchos ya daban por perdidos.
"Es una cuestión circunstancial la de anotar goles en los últimos minutos, pero también nos da pie para pensar que armamos un plantel con actitud de lucha, que nunca baja los brazos y que se esfuerza hasta el último minuto. Gracias a esa determinación hemos salvado partidos". explicó Campos.
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Aunque Jeaustin tuvo un arranque complicado con el Blooming, el equipo ha logrado enderezar el barco y ahora se encuentra en el cuarto puesto de la tabla de posiciones con 25 puntos. Lo superan el Bolívar con 33; el Wilstermann y The Strongest con 30 unidades cada uno. El Blooming que fue fundado en 1946 contabiliza cinco campeonatos de primera división.
"Hemos empatado o ganando en el tiempo de reposición o al cierre del juego en cuatro partidos durante este torneo. Hemos trabajado la parte mental y la fortaleza psicológica de nuestros jugadores para que no se rindan nunca. Es parte del mensaje que les hemos dado como cuerpo técnico desde que estamos en Saprissa", explicó, Campos.
La última de esas ocasiones fue en el clásico de Santa Cruz, el pasado 5 de noviembre cuando los celestes igualaron 2-2 al minuto 92, gracias a un pepino de Pablo de Miranda ante el Oriente Petrolero, equipo que ya daba por un hecho la victoria.
La Academia, como le dicen al equipo de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, solo ha perdido uno de sus últimos ocho partidos durante los últimos dos meses y ocurrió el 19 de octubre cuando visitó al The Strongest (1-0), en un duelo que según Campos fue muy bueno.
"Renovamos prácticamente todo el plantel en este torneo, así que llegaron 14 nuevos jugadores y mientras nos acoplábamos entramos en inferioridad de condiciones ante los demás equipos y por eso nos costó al principio, pero los cambios fueron muy positivos y ahora se ve otra cosa", destacó Jeaustin.
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Trabajar la mentalidad de sus jugadores es una de las prioridades de Jeaustin desde que llegó al Blooming. Un ejemplo es la defensa, la cual recibió 50 pepinos en 22 partidos del torneo anterior, siendo una de las cuatro más goleada del torneo. Además perdió diez juegos, detalles que Campos debía corregir de inmediato.
Para este campeonato, las cosas cambiaron, ya que en 16 fechas el equipo solo tiene tres derrotas (el menos vencido junto a Bolívar) y solo han permitido 12 goles lo que los convierte en la mejor defensa del torneo. Sin duda, Jeaustin transformó las debilidades en fortalezas.
"Hemos mejorado algunos números en el club y de repente algunos partidos nos han costado por falta de contundencia, pero futbolísticamente hemos mejorado y eso está a la vista. Los números nos respaldan, en este momento estamos a dos puntos de entrar a la Copa Sudamericana lo cual podríamos conseguir si ganamos este domingo (juegan ante el Club Universitario, 5:30 p. m., hora tica) y además estamos peleando por entrar a la Libertadores", destacó Campos.
Para Campos esta es una experiencia muy enriquecedora, ya que lo sacó de su zona de confort. Además es su segunda experiencia internacional luego de dirigir entre el 2011 y el 2013 a la Selección de Puerto Rico.
"Vine acá a empezar de cero, sin mucha credibilidad y donde casi nadie me conocía. Un entrenador de Costa Rica en Sudamérica no es muy normal y hemos tenido que aprender cosas que no sabíamos como tener que jugar en la altura, ya que estamos hablando de 4.100 metros, 3.800 y 3.600 metros sobre el nivel del mar y durante el año tenemos que jugar son siete partidos en esas condiciones. Hemos visto que acortando los tiempos de esfuerzo y manejando bloques podemos llegar a esos lugares a correr hasta el último minuto, lo que nos hace más peligrosos", explicó Campos.
¿Cómo le está yendo a Jeaustin Campos en Bolivia? ¿Qué tal le va con la altura? ¿Le ha sucedido algún pacho?, Leálo este lunes en La Teja.