Javier Delgado habló sobre su salida de Alajuelense.
El exgerente deportivo confirmó, entre otras cosas, que si nombraban Agustín Lleida como gerente deportivo, el técnico Hernán Torres no iba a seguir, tal y como finalmente sucedió.
El Sheriff contó su verdad en una entrevista con el periódico La Nación, al periodista Daniel Jiménez.
Se dice que la relación entre Hernán Torres y Agustín Lleida no era buena. Si la directiva sabía eso, es decir, no sería una renuncia de Torres, sería una invitación a que no siguiera...
Así es. Como usted lo está diciendo. Ellos sabían. Lo invitaron a no seguir, ellos sabían que si nombraban a Agustín, Torres no iba a seguir. Eso lo sabían, al menos dos dirigentes. No sé, pareciera que ellos valoraron más la parte de Agustín.
¿Esos dos directivos tienen tanto peso en la dirigencia?
Es muy relativo, a veces uno esas cosas no las puede medir tanto. Cuando yo estuve en sesiones de junta directiva yo iba a dar el informe deportivo y a las consultas que habían. Uno no está en el trasfondo, al final de cuentas. Lo que pesó fue que prefirieron que estuviera Agustin y no Hernán Torres.
¿Siente que el hilo se corta por lo más delgado: los resultados no se dieron y se fue el gerente deportivo?
Yo escuché a don Hernán Torres en una conferencia, en la que todavía estaba como técnico de la Liga, decir que todos teníamos cuota de responsabilidad.
Es parte del fútbol y la vida. Esas decisiones que a veces uno no comparte, pero tiene que respetar. Así como uno se alegró cuando lo buscaron para ponerlo en esa posición, uno entiende que cuando no se dan los resultados se comiencen a buscar causas, razones o motivos y en esta situación yo fui el señalado, yo fui el que pagó esas consecuencias.
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¿Cómo se enteró de su despido? Porque la prensa manejaba que antes del juego ante Pérez Zeledón su cargo se analizó. Luego, antes del partido contra Guadalupe ya la prensa informó de su destitución...
A mí me decían los rumores de mi despido y usted sabe que los rumores tienen un 50% de verdad y otro 50% de especulación. A mí nadie me dijo esa situación.
Eso se fraguó tiempo antes, hubo cosas antes, movimientos desde antes, lo que pasa es que yo me tengo que regir por la posición oficial. Si yo me dejo llevar por rumores, yo ando viendo fantasmas por todo lado en la parte profesional.
El punto cuando ya vi que la situación era así, fue cuando se da lo de Hernán Torres, cuando él manifiesta que él seguiría en el equipo si se da mi continuidad, entonces ya se empieza a tambalear el asunto.
Luego se da mi destitución, él (Hernán Torres) tiene la parte de ética muy bien impregnada; él me había dado su palabra y un sector de la dirigencia sabía que si ponían a Agustín Lleida en el puesto, Hernán Torres no iba a aceptar. La dirigencia lo sabía.
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Pero, ¿cuál era la situación con Agustín Lleida y Hernán Torres?
Lo que pasa es que hubo unas situaciones con jugadores de alto rendimiento que por la situación del primer equipo son totalmente entendibles. Se tenían pocos jugadores y Hernán pedía futbolistas de alto rendimiento y hubo ahí algunas desavenencias con el préstamo de jugadores, que eso yo nunca lo entendí y siempre lo exigí.
La prioridad era el primer equipo, no es que no me interesa que el alto rendimiento tenga buenos resultados, es que este es un proceso de aprendizaje, es que es un proceso y los jugadores estaban con la primera división, estaban siendo tomados en cuenta, debutaron cuatro o cinco muchachos. Don Hernán se sintió incómodo de que la colaboración no era fluida, estábamos dentro del mismo club, no era algo de un favor, no era que estábamos en otro equipo, éramos de los mismos.
¿Cuánto poder tiene o tenía Agustín en ese momento para llevar la contraria al entrenador y al gerente deportivo siendo él director de liga menor?
No, los pedidos o las órdenes se cumplían, pero no era fluida la situación. Eso indispuso y molestó al profesor Torres.