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El técnico español Iñaki Alonso regresó a Costa Rica, luego de su paso por el Deportivo Saprissa, con el objetivo de volverse a abrir camino en el fútbol de Tiquicia.
La semana anterior, el entrenador, muy querido por los morados, visitó nuestro país en busca de una nueva oportunidad laboral, ya sea como timonel o también desde algún otro cargo relacionado al fútbol.
Alonso, de 56 años, hizo una pausa en su agenda y conversó con La Teja. Relató que estaba muy ilusionado por volver y acá se reunió con gente que aprecia mucho y con la que conserva una linda amistad, luego de haber dirigido al Monstruo.
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“Tengo tres perfiles, cuento con la capacidad de ser entrenador, también he trabajado a nivel de administración de gerencia deportiva y como director de divisiones menores.
“Lo que he ejercido más es la dirección técnica, pero sí que me gustan proyectos con los que pueda ver divisiones menores, me identifico mucho. Me parece importante en el fútbol trabajar bien tus bases para generar profesionales a futuro”, afirmó.
Iñaki, vecino del País Vasco, llegó al Saprissa a finales del 2021 y estuvo en el club hasta abril del 2022.
Nuevos aires
El 12 de diciembre, Alonso publicó en su cuenta de X que venía para el país. Durante su estancia en Costa Rica asistió a reuniones, fue a programas de radio y también fue al estadio.
“Vine porque estoy valorando la posibilidad de volver a estar el fútbol tico, vine a ver algunos proyectos, a clubes que han crecido, a reunirme con dirigentes para que me conozcan”, expresó.
- ¿Por qué regresar?
“Me parece que es un fútbol que, en cualquier momento, tiene que cambiar, revolucionar, creo que habrá oportunidades de crecimiento.
“Los ticos son superemocionales, eso poco a poco también tendra que cambiar, si quieres más estabilidad hay que ser a veces más equipolibrado, racional, más hacia el juego y me parece que es importante venir a aportar”, expresó.
El español se devolvió a España el miércoles anterior y antes de hacer maletas compartió con exjugadores morados como Christian Bolaños y visitó el estadio Saprissa, en donde estuvo con los jugadores y con miembros del cuadro morado con quienes conserva una amistad, como Marco Herrera, José Francisco Porras y con el conocido Pingo.
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“Fui a un entrenamiento de Saprissa, me reuní con los jugadores, con José Giacone y su cuerpo técnico y por supuesto con algunas personas que trabajaron conmigo y todos me recibieron de maravilla. Fue un placer volver a visitar la Cueva, compartir con algunos amigos y reencontrarme con personas con las que mantengo contacto desde que volví a España.
“Por ejemplo, con Marco Herrera converso todos los días, es una excelente persona y todos los días envía un devocional a su madre y a mí y eso habla de la relación que tenemos. Hay jugadores que me llamaron cuando se ganó la 40 y son detalles que marcan”, expresó.
Un legado
Además de las reuniones, Iñaki vio la final de la categoría Sub-21 entre Saprissa y Alajuelense, en el estadio Ernesto Rorhmoser y también fue al estadio Carlos Alvarado, para tirarse el juego de ida de la fase final entre morados y heredianos.
“Me sentí muy contento al ver a personas que en un momento valoraron mi trabajo. Me gusta dejar un legado y recuerdo cuando ayudé a surgir a chicos de las ligas menores como Álvaro Zamora, Warren Madrigal y en esta semana me sentí muy valorado.
“El partido de vuelta del Saprissa no lo pude ver porque ese día regresaba a mi país, estaba volando, pero en el Carlos Alvarado vi a un Herediano que hizo un gran partido y Saprissa no estuvo como suele estar”, destacó.
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El técnico contó que pese a que estuvo acá por varios días, no pudo pasear, porque sus planes eran meramente laborales ni tampoco se pudo dar gusto con un tamal, aunque sí desayunó gallo pinto y quedó encantado al recordar el sabor de este platillo.
En este momento Iñaki está sin equipo, su última oportunidad la tuvo con un club llamado Badajoz, de la segunda división española, y salió del club en marzo anterior. Ahorita se está preparando para disfrutar de las fiestas de fin y principio de año con su familia, en el norte de España.
“Vivo con mi esposa y mis hijos: tengo mellizos de 19 años y acá las fiestas se viven de una manera muy tradicional. Normalmente, el día de Noche Buena se va a la casa de un familiar o unos amigos y el día de Navidad lo festejamos igual, rodeado de nuestros seres queridos.
“Para el 31 de diciembre, estamos analizando si vamos a alguna otra casa a recibir el Año Nuevo, un cuñado tiene un hotelito, entonces podemos hacer eso, aún no sabemos cómo recibiremos el 2025″, afirmó.
