La figura de Lionel Messi encandila a los futboleros de todo el mundo. En Argentina, su país de origen, el fanatismo es tal que las personas se las ingenian con modos muy creativos para acercarse al rosarino.
Dentro de un grupo muy reducido de habitantes que pudieron tener un contacto con el jugador del París Saint-Germain se encuentra una familia emprendedora que decidió, en plena pandemia, crear unas ojotas (chancletas) con un diseño personalizado, para que le llegaran a él.
Con la Copa América en marcha, en 2021, la familia que creó la marca Bagunza, integrada por Néstor Gianzi, su esposa llamada Roxana, y los tres hijos de la pareja, Mauro, Emiliano y Luciano Gianzi, decidieron ir a la sede de la Asociación Argentina de Fútbol (AFA), para dejarle ese obsequio a él y también a Rodrigo De Paul, uno de los jugadores que sirvió como llave para que las chancletas llegaran a puerto deseado.
Mientras festejaban la obtención del trofeo del continente con un asado, uno de los integrantes del grupo recordó que conocía al hermano de un amigo de la tía de De Paul (un poco lejano, sí, pero contacto al fin), lo que facilitó el ingreso y el regalo llegó a las manos de Messi, quien agradeció por el gesto y el tiempo dedicado.
Un tiempo después, por medio de Instagram, el mismo Messi, ya consagrado como campeón del mundo, decidió dar un giro inesperado a esta historia y le envío un mensaje a la marca para solicitarle otros pares, con especificaciones precisas de las tallas de Antonela y sus tres hijos: Thiago, Ciro y Mateo.
“Hola Luciano, ¿todo bien? Soy Leo, quería agradecerte por las ojotas que me mandaste. Están buenísimas y la caja es espectacular también. Quería ver si le podías hacer algunas a mis hijos y la rosa del París para mi mujer. Los talles son: 33, 29, 26 y Antonela 35. Y a mí las que me quedaron bien son las 42-43″, envió Leo, desde su perfil de Instagram, lo que asombró de sobremanera a los creadores de este emprendimiento ubicado en Boedo.
Otro punto importante fue la presentación de las ojotas, la cual consistió en una caja diseñada para los jugadores, con su número de camiseta y una foto de la conquista de la Copa en Brasil, uno de los primeros éxitos de la era Scaloni .
Débora, una empleada del local, explicó cómo fue el boom que se generó luego del chat del rosarino: “Fue una locura. Son esas cosas que uno plantea para ver qué pasa y de repente sucedió que llegó un mensaje con un ‘soy Leo’“.
“Antonela nos pidió más, es increíble que las usen. No es que las recibió y guardó el regalo. Las usa realmente. Se pone nuestras ojotas en su casa“.
Al cerrar el contacto, la empleada del local mostró los modelos existentes de ojotas, con el número 10 en uno de los ejemplares y los diversos colores, que responden a los tipos de indumentaria de la selección argentina.