Con tan solo 22 años y llegado al cuadro de Guadalupe este torneo de Clausura, procedente de Jicaral Sercoba, Sebastián González se convirtió este domingo en la figura del choque entre su club y el Monstruo.
El 28 del equipo que dirige Géiner Segura no solo se destacó por la forma en que se movió frente a los tibaseños, sino que vio premiada su labor al conseguir el gol que terminó de hincar al Saprissa y nada más y nada menos que en la Cueva.
Sebastián, hijo del exportero y figura de la Liga, Alejandro González, no se inmutó ante la gran cantidad de aficionados presentes en el Ricardo Saprissa y con clase y frialdad enfrentó el encuentro dispuesto a llevarse los aplausos, y lo hizo dejando la pecosa dos veces en el fondo del marco morado.
“Tengo esta oportunidad en un momento en el que me siento muy maduro. La verdad es que en Guadalupe me tratan de la mejor manera y sobre todo el profe hace que cada uno quiera trabajar mejor en cada entrenamiento.
Debo aceptar que el paso por la segunda división me ayudó totalmente, porque la regularidad en ese torneo me permitió madurar diferentes aspectos y estas semanas en Guadalupe me ha hecho crecer, algo que le agradezco al técnico y a mis compañeros”, dijo González.
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El joven valor del cuadro que este domingo celebró en Tibás ya había jugado en la primera división con el cuadro de Belén FC.
Sebastián supo como moverse para sorprender a la defensiva morada.
Primero tuvo la capacidad necesaria para entender cómo recibir una gran asistencia de su compañero Eduardo Juárez y, segundo, en el mano a mano con la zaga rival y el portero Aarón Cruz, lejos de asustarse definió con frialdad para silenciar la bulliciosa Cueva.
“Siempre mantuvimos el orden y eso fue clave, porque todos sabemos que Saprissa tiene un gran equipo, pero en ningún momento perdimos nuestra idea. Poco a poco sentimos que podíamos ganar y luchamos con todo por el resultado y gracias a Dios se nos dio”, comentó González.